Los nazis masacraron a los supervivientes del campo de Hradistko, ordenaron que los cadáveres fueran incinerados en el crematorio municipal de Praga y que las cenizas se arrojaran a un vertedero
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Antonio Clemente Jódar con 18 años y su hermana (foto familiar) |
ALMERÍA HOY / 04·04·2025
El Ayuntamiento de Antas participará en el homenaje que se celebrará los días 14 y 15 de abril a František Suchý, director del crematorio de Praga, su esposa e hijo, quienes salvaron las cenizas de Antonio Clemente, un vecino de Antas, y otros 2.000 asesinados en el campo de concentración de Hradistko.
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los nazis masacraron a los supervivientes del campo de Hradistko y ordenaron que los cadáveres fueran incinerados en el crematorio municipal de Praga y que las cenizas se arrojaran a un vertedero. Sin embargo, František Suchý, su esposa e hijo, desobedecieron estas órdenes y guardaron las cenizas en urnas individuales identificadas.
LA HISTORIA DE ANTONIO CLEMENTE
Antonio Clemente nació el 15 de noviembre de 1908 en Antas. Tras la Guerra Civil Española, cruzó la frontera francesa y fue internado en el campo de Saint-Cyprien. Posteriormente, se unió a una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE). El 13 de junio de 1943, los nazis lo capturaron y lo trasladaron a varios campos de concentración, incluyendo Buchenwald y Flossenbürg, antes de llegar a Hradistko.
Antonio fue asesinado en Hradistko alrededor del 11 de abril de 1945, semanas antes del fin de la guerra. Según el investigador Unai Eguia, los nazis asesinaron a más de 150 prisioneros mientras los conducían al trabajo, conscientes de la cercanía de las tropas soviéticas.
EL RESCATE DE LAS CENIZAS
Los nazis enviaron los cadáveres de los prisioneros asesinados en Hradistko al crematorio civil de Strašnice, en Praga. Allí, ordenaron a František Suchý que incinerara los cuerpos y se deshiciera de las cenizas. Sin embargo, Suchý, horrorizado por lo que veía, decidió desobedecer.
Con la ayuda de su hijo, identificó los restos y depositó las cenizas de cada prisionero en una urna individual con un número, que anotó en una lista junto al nombre del fallecido. Luego, escondió las urnas.
Tras la guerra, el gobierno francés encontró las urnas escondidas por los Suchý. Seis de los fallecidos eran españoles, un hecho descubierto en 2022 por los investigadores Unai Eguia, Antón Gandarias y Antonio Medina.
Una de las urnas, la número 64.708, contenía las cenizas de Antonio Clemente. "Los franceses se llevaron los restos del español por error, y como no encontraron a su familia, lo enterraron en el cementerio militar de Cambronne-lès-Ribécourt, cerca de París", explica Eguia. Allí descansan sus restos actualmente.
HOMENAJE
El Ayuntamiento de Antas se unirá al homenaje a los Suchý, cuyo acto de valentía permitió preservar la memoria de Antonio Clemente y otros 2.000 asesinados en Hradistko.
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los nazis masacraron a los supervivientes del campo de Hradistko y ordenaron que los cadáveres fueran incinerados en el crematorio municipal de Praga y que las cenizas se arrojaran a un vertedero. Sin embargo, František Suchý, su esposa e hijo, desobedecieron estas órdenes y guardaron las cenizas en urnas individuales identificadas.
LA HISTORIA DE ANTONIO CLEMENTE
Antonio Clemente nació el 15 de noviembre de 1908 en Antas. Tras la Guerra Civil Española, cruzó la frontera francesa y fue internado en el campo de Saint-Cyprien. Posteriormente, se unió a una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE). El 13 de junio de 1943, los nazis lo capturaron y lo trasladaron a varios campos de concentración, incluyendo Buchenwald y Flossenbürg, antes de llegar a Hradistko.
Antonio fue asesinado en Hradistko alrededor del 11 de abril de 1945, semanas antes del fin de la guerra. Según el investigador Unai Eguia, los nazis asesinaron a más de 150 prisioneros mientras los conducían al trabajo, conscientes de la cercanía de las tropas soviéticas.
EL RESCATE DE LAS CENIZAS
Los nazis enviaron los cadáveres de los prisioneros asesinados en Hradistko al crematorio civil de Strašnice, en Praga. Allí, ordenaron a František Suchý que incinerara los cuerpos y se deshiciera de las cenizas. Sin embargo, Suchý, horrorizado por lo que veía, decidió desobedecer.
Con la ayuda de su hijo, identificó los restos y depositó las cenizas de cada prisionero en una urna individual con un número, que anotó en una lista junto al nombre del fallecido. Luego, escondió las urnas.
Tras la guerra, el gobierno francés encontró las urnas escondidas por los Suchý. Seis de los fallecidos eran españoles, un hecho descubierto en 2022 por los investigadores Unai Eguia, Antón Gandarias y Antonio Medina.
Una de las urnas, la número 64.708, contenía las cenizas de Antonio Clemente. "Los franceses se llevaron los restos del español por error, y como no encontraron a su familia, lo enterraron en el cementerio militar de Cambronne-lès-Ribécourt, cerca de París", explica Eguia. Allí descansan sus restos actualmente.
HOMENAJE
El Ayuntamiento de Antas se unirá al homenaje a los Suchý, cuyo acto de valentía permitió preservar la memoria de Antonio Clemente y otros 2.000 asesinados en Hradistko.