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Benitagla y Alicún: dos joyas a escala mini con historias gigantes

La grandeza reside en los detalles de estos pueblos singulares



ALMERÍA HOY / 27·04·2025

Hoy, domingo, nos asomamos a dos municipios almerienses que, pese a su reducido tamaño, atesoran una riqueza histórica, cultural y natural digna de ser descubierta. Hablamos de Benitagla, el pueblo con el menor número de habitantes de la provincia, y de Alicún, el más pequeño en extensión. Dos microcosmos que invitan a la calma y al descubrimiento de la esencia rural almeriense.

BENITAGLA: DONDE EL TIEMPO SE DETIENE (60 HABITANTES)

Enclavado en la comarca de los Filabres-Alhamilla, Benitagla se aferra a las faldas de la sierra, regalando panorámicas serenas y un ritmo de vida pausado. Con apenas 60 vecinos censados en 2024, este municipio parece un remanso de paz donde las conversaciones vecinales en la plaza son la banda sonora del día a día.

Históricamente, la agricultura de secano, especialmente el almendro y el olivo, ha sido el motor económico de Benitagla. A mediados del siglo XX se produce el éxodo rural a zonas del litoral, Barcelona o Francia, de tal manera que Benitagla se ha ido convirtiendo en el municipio más despoblado de la provincia de Almería. Así sus cultivos tradicionales, aunque en la actualidad han disminuido, aún se conservan costumbres ligadas al campo.

La influencia de pueblos más grandes como Tabernas y Sorbas, situados relativamente cerca, se ha notado en la paulatina modernización de algunos servicios y en la conexión con vías de comunicación más importantes. Sin embargo, Benitagla ha sabido mantener su identidad y su atmósfera tranquila.

La iglesia conserva el alminar de la antigua mezquita

El pueblo, que no contaba con farmacia, ni panadería, ni bar, aunque sí cajero, en 2024 vio con alegría cómo se inauguraba un bar-tienda, siendo este un evento significativo. Fue la Diputación quien impulsó y financió el proyecto como parte de su programa para dotar a todos los municipios de la provincia con al menos un bar-tienda, buscando así combatir la despoblación y ofrecer un punto de encuentro y servicios básicos a los vecinos. Se ocupó para ello el antiguo ayuntamiento. Para el visitante curioso, Benitagla ofrece el encanto de sus calles estrechas y empinadas, la sencillez de su iglesia parroquial en la que sobresale el antiguo alminar de una primitiva mezquita y, sobre todo, la oportunidad de disfrutar de un entorno natural montañoso ideal para pequeñas rutas de senderismo y para desconectar del bullicio. Una peculiaridad del pueblo es su arquitectura tradicional, con casas encaladas que se adaptan a una complicada orografía del terreno, creando una estampa pintoresca.

ALICÚN: UN TESORO COMPACTO EN EL BAJO ANDARAX (5,87 KM2)

Situado en la fértil comarca del Bajo Andarax, Alicún sorprende por su diminuta extensión de tan solo 5,87 km². A pesar de su tamaño, este municipio con 215 habitantes (censo de 2024) bulle con una actividad agrícola significativa, centrada principalmente en la producción de cítricos y hortalizas bajo invernadero, aprovechando las bondades del clima almeriense y la cercanía a fuentes de agua.

La historia de Alicún fue marcada por la rebelión y posterior expulsión de los moriscos, hecho que produjo la despoblación del territorio y que no se solucionó hasta el siglo XVIII. En el XIX se declara independiente al desaparecer el Señorío de Marchena y en el XX comenzó a sobresalir, destacando la riqueza que aportó la uva de Ohanes; sin embargo la decadencia llegó, y la Guerra Civil dejó importantes secuelas propias del momento y una dura posguerra.

En estos últimos años, la proximidad a la capital, y a núcleos más grandes como Huércal de Almería y Viator, ha marcado significativamente el desarrollo de Alicún. Su ubicación estratégica le ha permitido una buena conexión con infraestructuras y servicios, y muchos de sus habitantes trabajan en las localidades vecinas o en la propia capital.

Antiguo lavadero de Alicún

A pesar de su reducido tamaño, Alicún cuenta con algunos puntos de interés. Su iglesia parroquial, de arquitectura sencilla pero con encanto, y los cinco siglos de impronta musulmana, que aún apreciamos en las formas de las chimeneas como linternas orientales de un gusto y sencillez exquisitos, es un llamamiento a su descubrimiento. Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de los paisajes agrícolas que rodean el pueblo, un contraste interesante con la aridez que a menudo se asocia con Almería. Aunque no cuenta con grandes monumentos, la peculiaridad de Alicún reside en su eficiente aprovechamiento del terreno y en la intensa actividad agrícola que se desarrolla en tan poco espacio.

DOS MUNDOS, UNA MISMA ESENCIA

Benitagla y Alicún, a pesar de sus diferencias en tamaño y actividad económica, comparten la esencia de muchos pueblos del interior almeriense: la calidez de sus gentes, la tranquilidad de su ritmo de vida y el orgullo por su identidad. Son dos ejemplos de cómo la grandeza no siempre se mide en kilómetros cuadrados o en número de habitantes, sino en la riqueza de su historia y en el encanto de sus rincones. Una invitación a explorar la Almería menos conocida, pero igualmente fascinante, en este tranquilo domingo.