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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Muerte en Badajoz. Enfrentamientos en Cataluña. Navajas en Aragón. Violaciones, robos y disparos en la noche. Bandas disfrazadas de policías haciendo de las suyas. Narcolanchas en el Cabo de Gata. Menas a gogó, menos en Cataluña. Es la España de Sánchez. Menos mal que de vez en cuando unos chorizos roban a otros chorizos, y hasta aparecen las pistolas entre ellos y nos libramos de algunos. Si esperamos que Marlasca haga algo desde su ministerio en contra de la situación que se vive, nos podemos morir en el empeño. Desde la calle Arapiles no se quiere reconocer por muy alto que lo griten los vecinos, por mucho que les duela a estos hombres ver cómo entran en sus casas, estando ellos dormidos, y se llevan lo poco de valor que tengan. El señor Martín, con los datos de un estudio, encuesta o lectura interesada de los mismos, manda a los medios una nota indicando que ha bajado la delincuencia, y el hombre se queda tan tranquilo. Se nota que él debe estar muy bien protegido, y que su casa no se va a ver asaltada por los cacos. Intenta la jugada política de “dato mata relato”, pero al que le toca el robo en su domicilio, en el cortijo o invernadero, o el navajazo en la calle, el que los demás no tenga esos mismos problemas no le quitan lo sufrido, por mucho dato que le ponga por delante.
¡Bienvenido a la España de Sánchez!
Hemos vivido los robos en la localidad de Pechina. Los cortijos se convirtieron durante meses en un lugar privilegiado para los amigos de lo ajeno. Según mi tocayo Juan, gran chapista él, dos visitas de la Guardia Civil en aquellos días, y vuelta a la desidia ante la seguridad de los ciudadanos. A veces entiendo a la GC. Para qué detienen a los chorizos, un día sí, y al otro también, si a la mañana siguiente esta justicia que soportamos los pone en la calle. No es de extrañar por lo tanto lo que está haciendo Pumpido con los Eres, que decían eran para los parados andaluces.
¡Bienvenido a la España de los Pumpidos!
En aquellos barrios de la Cañada, donde la falta de luz era un aliciente más para los que estaban por la labor de no trabajar, los choris prefieren pasar una noche en comisaria, y al día siguiente la justicia, esa que tiene los derechos de los delincuentes como expresión máxima, les pone en la calle, una, dos y hasta veinte veces.
Si antes fue Pechina, la Cañada, si los cortijos de los pueblos están sufriendo robos, en estos días los vecinos de Oria están asustados, tienen miedo no sólo por los robos, y por quienes los están llevando a cabo y de los que no quieren o no se atreven a hablar. Es increíble este país. Entran en tu casa, te roban con total impunidad y los vecinos no se atreven a denunciar a los cacos por lo que les pueda ocurrir.
¡Bienvenido a la España de Marlasca!
Eres la víctima, y si hablas el culpable. Si denuncias al ladrón, estás levantado el odio contra el delincuente, y eso no gusta en los que tienen la obligación de defenderte. Y si dices de qué país es el que entró en tu casa o en tu cortijo, te puede caer una multa gorda por racista, facha e incitar al odio contra el vulnerable. Pues nada, paisano, que nos sigan robando. Unas veces los políticos, otras los chorizos, y los jueces, sacándolos de la cárcel.
Bienvenido a la España de Sánchez, Marlaska y Pumpido, a la Almería de José María Martín, futuro líder del Psoe.
¡Bienvenido a la España de Sánchez!
Hemos vivido los robos en la localidad de Pechina. Los cortijos se convirtieron durante meses en un lugar privilegiado para los amigos de lo ajeno. Según mi tocayo Juan, gran chapista él, dos visitas de la Guardia Civil en aquellos días, y vuelta a la desidia ante la seguridad de los ciudadanos. A veces entiendo a la GC. Para qué detienen a los chorizos, un día sí, y al otro también, si a la mañana siguiente esta justicia que soportamos los pone en la calle. No es de extrañar por lo tanto lo que está haciendo Pumpido con los Eres, que decían eran para los parados andaluces.
¡Bienvenido a la España de los Pumpidos!
En aquellos barrios de la Cañada, donde la falta de luz era un aliciente más para los que estaban por la labor de no trabajar, los choris prefieren pasar una noche en comisaria, y al día siguiente la justicia, esa que tiene los derechos de los delincuentes como expresión máxima, les pone en la calle, una, dos y hasta veinte veces.
Si antes fue Pechina, la Cañada, si los cortijos de los pueblos están sufriendo robos, en estos días los vecinos de Oria están asustados, tienen miedo no sólo por los robos, y por quienes los están llevando a cabo y de los que no quieren o no se atreven a hablar. Es increíble este país. Entran en tu casa, te roban con total impunidad y los vecinos no se atreven a denunciar a los cacos por lo que les pueda ocurrir.
¡Bienvenido a la España de Marlasca!
Eres la víctima, y si hablas el culpable. Si denuncias al ladrón, estás levantado el odio contra el delincuente, y eso no gusta en los que tienen la obligación de defenderte. Y si dices de qué país es el que entró en tu casa o en tu cortijo, te puede caer una multa gorda por racista, facha e incitar al odio contra el vulnerable. Pues nada, paisano, que nos sigan robando. Unas veces los políticos, otras los chorizos, y los jueces, sacándolos de la cárcel.
Bienvenido a la España de Sánchez, Marlaska y Pumpido, a la Almería de José María Martín, futuro líder del Psoe.