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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
El mensaje del rey ha estado centrado en la causa común. Y me ha gustado la mención de lo común que nos une en el mensaje real. La pregunta sería ¿existe esa causa común destacada entre las comunidades autónomas? Algunos no la vemos. El problema es que a los políticos no les oímos ese mismo mensaje, y la causa común se queda en la anécdota del discurso real. ¿Por qué será? El mensaje del presidente catalán de cara a los días de Navidad ha estado preñado de fraternidad entre las regiones. ¡Qué hermosa expresión: fraternidad! ¿Se viene practicando la misma entre los ciudadanos que vivimos en el mismo entorno común? Si de los políticos se trata, no es demasiado celo el que ponen a la hora de hacerla efectiva. En estas últimas semanas se anda discutiendo en torno a algo tan común como los dineros de las comunidades. Y por mucho que nos lo digan no vemos la fraternidad por parte de algunos presidentes a la hora de hablar de los repartos de las finanzas.
Parece de lógica que desde la casa real se hable de las causas comunes que nos unen a todos, y ahí, estarán conmigo, la principal es la de los dineros. Tanto eres si tanto tienes. No me fio demasiado cuando oigo al señor Illa hablar de fraternidad. El prestigio se pierde en segundos, y el ínclito señor Illa se lo dejó durante la pandemia. Ganarlo le va a costar lo suyo.
¿Qué fraternidad viene defendiendo hoy el presidente de los catalanes? No será aquella singular que defendían los Maragall. ¿Recuerdan? A la hora de financiación de las comunidades, ellos apostaban por una singular para Cataluña. Andan envidiosos con el singular cupo vasco, y no pararán hasta que consigan uno igual. Si nos atenemos a lo manifestado por el rey, la causa común de los ciudadanos a la hora de hablar de los dineros debía ser para todos por igual. Y si nos atenemos a los euros que se reparten, no es muy común la forma en que se hace en este país. El cupo nos sigue pareciendo un robo, con todas las letras, al resto de los ciudadanos, por muy legal que digan algunos que sea y aparezca en la constitución.
Si encima tenemos presidentes de gobiernos que han venido beneficiando a ciertas comunidades: vasca y catalana, y otros que siguen por el mismo camino, la causa común de la que hablaba el rey en su mensaje navideño, por mucho que nos la canten no la vemos por algunas áreas de esta España, y se queda solo en hueras palabras, por muy nobles que estas sean y dichas solemnemente en la noche del 24 de diciembre.
Parece de lógica que desde la casa real se hable de las causas comunes que nos unen a todos, y ahí, estarán conmigo, la principal es la de los dineros. Tanto eres si tanto tienes. No me fio demasiado cuando oigo al señor Illa hablar de fraternidad. El prestigio se pierde en segundos, y el ínclito señor Illa se lo dejó durante la pandemia. Ganarlo le va a costar lo suyo.
¿Qué fraternidad viene defendiendo hoy el presidente de los catalanes? No será aquella singular que defendían los Maragall. ¿Recuerdan? A la hora de financiación de las comunidades, ellos apostaban por una singular para Cataluña. Andan envidiosos con el singular cupo vasco, y no pararán hasta que consigan uno igual. Si nos atenemos a lo manifestado por el rey, la causa común de los ciudadanos a la hora de hablar de los dineros debía ser para todos por igual. Y si nos atenemos a los euros que se reparten, no es muy común la forma en que se hace en este país. El cupo nos sigue pareciendo un robo, con todas las letras, al resto de los ciudadanos, por muy legal que digan algunos que sea y aparezca en la constitución.
Si encima tenemos presidentes de gobiernos que han venido beneficiando a ciertas comunidades: vasca y catalana, y otros que siguen por el mismo camino, la causa común de la que hablaba el rey en su mensaje navideño, por mucho que nos la canten no la vemos por algunas áreas de esta España, y se queda solo en hueras palabras, por muy nobles que estas sean y dichas solemnemente en la noche del 24 de diciembre.