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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Cantó el señor Aldama el pasado jueves, y ya dicen que ganará el próximo festival de eurovisión y por goleada. Tiró de la manta la “tortuguita mejicana” y dejó a los de Pedro en cueros sobre la cama. El gobierno ha cogido una pulmonía de las de cama, manta y copa coñac. ¿Dónde está mi manta? gritaba Cerdán, Torres y demás colegas salidos sus nombres de la boca de la “tortuguita mejicana”. Nos la ha quitado el amigo de Ábalos, ese que salía en la foto con el jefe, el que iba a los mítines del líder y lo tratábamos como vip, el que iba repartiendo sobres por la sede de Ferraz. No hables de sobres, que eso era en el Pp. Bueno, pues sin sobres, lo que tú quieras, pero habla de reparto de dinero y los nombres de los que dice que lo han recibido están empezando a salir en los medios, esos que controla la extrema derecha. No hables de extrema derecha, lo ha prohibido el jefe tras el pacto con Meloni para salvar a Ribera en Europa. Vale, pues ya me dirás que le decimos a los tertulianos que están esperando que les demos los argumentos a defender. Consulto al jefe y te llamo.
Hacía frío esa mañana de jueves en Madrid. Se mezclaba con la humedad de Manzanares y lo notaban los huesos de los que paseaban por el entorno. En Moncloa se pide el encendido de las chimeneas, no hay leña, pues que se enciendan las estufas, se ha ido la luz, que traigan unas mantas para las piernas, las ha quitado Aldama. ¿Quién coño es Aldama? Gritó una helada voz desde el despacho del jefe. El día había amanecido con bajas temperaturas, pero las noticias que llegan desde el juzgado hielan los cielos del poder en Moncloa. Aldama está cantando, y ni el Mercuri lo hizo tan fuerte en aquel mítico noventa y dos de Barcelona. En Ferraz, unos tienen frío, pero los hay que sudan la gota gorda ante las que se le puede venir encima.
Los tertulianos esperaba la consigna a desplegar en las televisiones y radios amigas ante la rajada de Aldama delante del hombre de la toga y las puñetas. Los españoles, ateridos ante los fríos que llegaban desde la meseta castellana, andaban en suspenso, esperaban la excusa de la familia sanchista en el gobierno y solo se les ocurría decir: ¿Quién nos está gobernando? Aldama, la tortuguita mejicana, cómo se temían en el Partido de Pedro Sánchez, no estaba dejando títere sin mojar, y dinero sin repartir ante la presencia del señor de la puñetas.
Lo único que se les oyó a los sanchistas mencionados por el caballero en prisión es: “Todo es mentira mentira. Este señor está en la cárcel y lo único que hace es mentir para defenderse”. Ya lo saben ustedes: Aldama miente. “Yo no conozco a este señor, nunca me he reunido con él”. Al final, la verdad es que Aldama no existe. Se lo ha inventado la extrema derecha. Es un holograma lo que veíamos en las fotos junto a Pedro Sánchez, o en los mítines del sanchismo. Desaparezca señor Aldama, vuelva a ser esa “tortuguita mejicana” deje de intentar hundir al gobierno español.
Hacía frío esa mañana de jueves en Madrid. Se mezclaba con la humedad de Manzanares y lo notaban los huesos de los que paseaban por el entorno. En Moncloa se pide el encendido de las chimeneas, no hay leña, pues que se enciendan las estufas, se ha ido la luz, que traigan unas mantas para las piernas, las ha quitado Aldama. ¿Quién coño es Aldama? Gritó una helada voz desde el despacho del jefe. El día había amanecido con bajas temperaturas, pero las noticias que llegan desde el juzgado hielan los cielos del poder en Moncloa. Aldama está cantando, y ni el Mercuri lo hizo tan fuerte en aquel mítico noventa y dos de Barcelona. En Ferraz, unos tienen frío, pero los hay que sudan la gota gorda ante las que se le puede venir encima.
Los tertulianos esperaba la consigna a desplegar en las televisiones y radios amigas ante la rajada de Aldama delante del hombre de la toga y las puñetas. Los españoles, ateridos ante los fríos que llegaban desde la meseta castellana, andaban en suspenso, esperaban la excusa de la familia sanchista en el gobierno y solo se les ocurría decir: ¿Quién nos está gobernando? Aldama, la tortuguita mejicana, cómo se temían en el Partido de Pedro Sánchez, no estaba dejando títere sin mojar, y dinero sin repartir ante la presencia del señor de la puñetas.
Lo único que se les oyó a los sanchistas mencionados por el caballero en prisión es: “Todo es mentira mentira. Este señor está en la cárcel y lo único que hace es mentir para defenderse”. Ya lo saben ustedes: Aldama miente. “Yo no conozco a este señor, nunca me he reunido con él”. Al final, la verdad es que Aldama no existe. Se lo ha inventado la extrema derecha. Es un holograma lo que veíamos en las fotos junto a Pedro Sánchez, o en los mítines del sanchismo. Desaparezca señor Aldama, vuelva a ser esa “tortuguita mejicana” deje de intentar hundir al gobierno español.