12 años después de la última gran riada, en Vera no comienza la laminación del río Antas y en Pulpí continúa sin encauzar la rambla Nogalte. Son obras declaradas de Interés General
Una calle de Pulpí tras el paso de las aguas. |
ALMERÍA HOY / 27·09·2024
Entre el cúmulo de obras pendientes en el Levante almeriense, tres revisten especial importancia. Dos de ellas porque deben conjurar riesgos para la vida humana: la laminación del río Antas a su paso por Vera y el encauzamiento de la rambla Nogalte, ambas declaradas de Interés General en 2001. La tercera es la construcción de un espigón en la playa nudista veratense, un potente reclamo del turismo local en serio peligro de desaparición.
Las dos primeras fueron declaradas de Interés General el 5 de julio de 2001, pero aún no han comenzado. Tras las inundaciones del 28 de septiembre de 2012, que costaron la vida a dos personas y provocaron un sinfín de daños en propiedades e infraestructuras, las administraciones prometieron ponerlas en marcha. En el caso de Pulpí, las cosas cogieron escaso ritmo y el proyecto de encauzamiento de la rambla Nogalte terminó de redactarse en 2014. No ocurrió lo mismo en Vera, donde Gobierno Central, en manos del PP, y la Junta de Andalucía dirigida por el PSOE, otorgaban mutuamente al contrario la competencia de laminar el río Antas.
En medio de esa trifulca, el Ayuntamiento de Vera, entonces dirigido por el andalucista Félix López, presentó un contencioso en la Audiencia Nacional cuya sentencia señaló a Madrid como responsable.
Pero pasaron los años y los trámites de ambas infraestructuras permanecían parados. Así estaba la situación cuando, el 5 de febrero de 2021, la Subdelegación del Gobierno anunciaba la “inminente” licitación de las dos obras. Un espejismo, porque, tres años y medio más tarde, todo sigue prácticamente igual.
En el caso del encauzamiento de la rambla Nogalte, el tiempo transcurrido obligó a actualizar el proyecto para incluir los cambios experimentados en el entorno durante los últimos diez años, y Confederación Hidrográfica del Segura informó hace seis meses al alcalde Juan Pedro García (PP) que la licitación de las obras está pendiente de una autorización del Consejo de Ministros que no llega. El regidor admite algunos avances, como el refuerzo del muro del Común y la construcción de un partidor para dividir las aguas antes de llegar al pueblo, “pero la obra más importante está por hacer. Augura que “cuando lleguen lluvias torrenciales habrá lamentos y buscaremos culpables”.
Más atrás en el recorrido burocrático se encuentra la laminación del río Antas. El proyecto fue expuesto a exposición pública el 16 de agosto. Cuenta con 45 días para recibir alegaciones y un tiempo indeterminado para resolverlas.
PLAYA INDEFENSA
En cuanto al espigón que ha de defender la playa naturista de Vera, la historia se remonta a 1986, el año en que se construyó el pantano de Cuevas del Almanzora. La presa ha evitado riadas, pero, al mismo tiempo, acabó con los acarreos que aportaban arena al mar cada vez que el río salía con fuerza, una arena que mantenía estables las playas próximas a su desembocadura.
Para corregir esa contingencia, se planearon una serie de espigones. En 2007, se construyeron dos de 40 metros de longitud: uno en Palomares y el otro a la altura del hotel nudista. Formaban parte de una serie que no continuó ejecutándose ante las alegaciones presentadas por grupos ecologistas. Quedaron pendientes uno de 30 metros de longitud a la altura de la avenida de Castellón y otro de 220, paralelo a la costa, como prolongación hacia el norte del muelle comercial del Puerto de Garrucha.
Ambas actuaciones se encuentran paradas hasta conocer las posibles consecuencias de la construcción del espigón de Garrucha sobre una población de algas endémicas en peligro de extinción.
Mientras tanto, la original franja de arena de 110 metros de ancho ha quedado reducida hasta el punto de que, cada vez que hay temporal de levante, el mar llega al interior de las casas de la primera línea, y alcanza 25 centímetros de altura en varias zonas de la urbanización naturista.
Pedro Salas, concejal de Obras, Servicios y Mantenimiento de Playas en el Ayuntamiento de Vera, no alcanza a entender “por qué no se empieza una obra que todo el mundo considera importante y cuenta con un proyecto redactado en 2019 que lleva tres años pendiente de que se resuelvan las alegaciones”. La única explicación que encuentra es que, en realidad, “el Gobierno de España no quiere construir el esencial espigón en la playa de Natsun”.
Periódicas reposiciones de arena promovidas por Costas sólo conllevan un gasto tras otro que no resuelven el problema.
Las dos primeras fueron declaradas de Interés General el 5 de julio de 2001, pero aún no han comenzado. Tras las inundaciones del 28 de septiembre de 2012, que costaron la vida a dos personas y provocaron un sinfín de daños en propiedades e infraestructuras, las administraciones prometieron ponerlas en marcha. En el caso de Pulpí, las cosas cogieron escaso ritmo y el proyecto de encauzamiento de la rambla Nogalte terminó de redactarse en 2014. No ocurrió lo mismo en Vera, donde Gobierno Central, en manos del PP, y la Junta de Andalucía dirigida por el PSOE, otorgaban mutuamente al contrario la competencia de laminar el río Antas.
En medio de esa trifulca, el Ayuntamiento de Vera, entonces dirigido por el andalucista Félix López, presentó un contencioso en la Audiencia Nacional cuya sentencia señaló a Madrid como responsable.
Pero pasaron los años y los trámites de ambas infraestructuras permanecían parados. Así estaba la situación cuando, el 5 de febrero de 2021, la Subdelegación del Gobierno anunciaba la “inminente” licitación de las dos obras. Un espejismo, porque, tres años y medio más tarde, todo sigue prácticamente igual.
En el caso del encauzamiento de la rambla Nogalte, el tiempo transcurrido obligó a actualizar el proyecto para incluir los cambios experimentados en el entorno durante los últimos diez años, y Confederación Hidrográfica del Segura informó hace seis meses al alcalde Juan Pedro García (PP) que la licitación de las obras está pendiente de una autorización del Consejo de Ministros que no llega. El regidor admite algunos avances, como el refuerzo del muro del Común y la construcción de un partidor para dividir las aguas antes de llegar al pueblo, “pero la obra más importante está por hacer. Augura que “cuando lleguen lluvias torrenciales habrá lamentos y buscaremos culpables”.
Más atrás en el recorrido burocrático se encuentra la laminación del río Antas. El proyecto fue expuesto a exposición pública el 16 de agosto. Cuenta con 45 días para recibir alegaciones y un tiempo indeterminado para resolverlas.
PLAYA INDEFENSA
En cuanto al espigón que ha de defender la playa naturista de Vera, la historia se remonta a 1986, el año en que se construyó el pantano de Cuevas del Almanzora. La presa ha evitado riadas, pero, al mismo tiempo, acabó con los acarreos que aportaban arena al mar cada vez que el río salía con fuerza, una arena que mantenía estables las playas próximas a su desembocadura.
Para corregir esa contingencia, se planearon una serie de espigones. En 2007, se construyeron dos de 40 metros de longitud: uno en Palomares y el otro a la altura del hotel nudista. Formaban parte de una serie que no continuó ejecutándose ante las alegaciones presentadas por grupos ecologistas. Quedaron pendientes uno de 30 metros de longitud a la altura de la avenida de Castellón y otro de 220, paralelo a la costa, como prolongación hacia el norte del muelle comercial del Puerto de Garrucha.
Ambas actuaciones se encuentran paradas hasta conocer las posibles consecuencias de la construcción del espigón de Garrucha sobre una población de algas endémicas en peligro de extinción.
Mientras tanto, la original franja de arena de 110 metros de ancho ha quedado reducida hasta el punto de que, cada vez que hay temporal de levante, el mar llega al interior de las casas de la primera línea, y alcanza 25 centímetros de altura en varias zonas de la urbanización naturista.
Pedro Salas, concejal de Obras, Servicios y Mantenimiento de Playas en el Ayuntamiento de Vera, no alcanza a entender “por qué no se empieza una obra que todo el mundo considera importante y cuenta con un proyecto redactado en 2019 que lleva tres años pendiente de que se resuelvan las alegaciones”. La única explicación que encuentra es que, en realidad, “el Gobierno de España no quiere construir el esencial espigón en la playa de Natsun”.
Periódicas reposiciones de arena promovidas por Costas sólo conllevan un gasto tras otro que no resuelven el problema.