ALMERÍA HOY / 19·07·2024
El Pleno de Antas aprobó inicialmente el 8 de julio acabar con 34 años de irregularidad del Polígono Aljoroque; 16 Has. que pasarán de rústicas a industrial. Fue el primer espacio ordenado para empresas en el Levante almeriense y el embrión del desarrollo del pueblo. Hoy alberga 95 negocios y un millar de empleos. Bartolomé Soler (PSOE), el alcalde que se atrevió a promoverlo sin amparo legal cuenta cómo empezó todo.
-Describa la economía de Antas en 1987, el año en que llegó usted a la Alcaldía.
- Se basaba en una agricultura obsoleta. Fundamentalmente de la naranja, que se vendía a 25 céntimos de peseta. Ruina. Poco más tarde, cuando llegó la autovía, la comarca empezó a bullir gracias a las comunicaciones. Aparecieron naves aisladas por todas partes y, como estaban diseminadas, llevar los servicios básicos de agua, electricidad, alcantarillado y telefonía a cada una de ellas costaba muchísimo más que hacerlo a un polígono industrial donde estuvieran ordenadas. Vi muy claro que tenía que aprovechar la oportunidad de traer prosperidad a mi pueblo, y la mejor manera era crear un polígono para acoger la incipiente industria que empezaba a nacer en la zona.
- ¿Había suficiente demanda para crear un polígono industrial?
- Sí que la había. Precisamente esa demanda me empujó a emprender la construcción del polígono y, al mismo tiempo, el camino burocrático para legalizarlo. Gracias a esa decisión de ayer, hoy un pueblo de 3.500 habitantes como Antas cuenta con 6.500 puestos de trabajo. Me satisface ver las colas de coches entrando a los polígonos industriales de mi pueblo en las horas punta. También me llena de orgullo que vengan aquí todos los días ciudadanos de media provincia a generar riqueza.
- ¿No pudo esperar a clasificar urbanísticamente el suelo antes de empezar a llenarlo de naves?
- Las oportunidades se presentan una vez en la vida y, de haber esperado, Antas habría perdido la suya. En aquel momento era necesario adoptar una decisión. Un empresario que hoy emplea a 350 personas en Aljoroque me dijo entonces que espabilara. O le daba inmediatamente una licencia para construir su nave o se instalaba en Murcia. Así que opté por otorgarlas.
- ¿Sin ningún amparo legal?
- Había unas Normas Subsidiarias que se podían haber modificado. Y los que me siguieron han tenido 24 años para legalizar los dos polígonos.
- Que añadidos a los diez anteriores suman 34 años sin contribuir al Ayuntamiento.
- Pagaron licencias de obras y el IBI rústico.
- ¿Había empresas del pueblo en el comienzo de ese polígono?
- No muchas. Tres o cuatro pequeñas de transporte, a las que pronto se sumaron otras de Murcia, Alicante y Valencia. El dinero llama al dinero. Si a alguien le va bien con un modelo de negocio, otros siguen sus pasos. Recuerdo a un joven empresario que llegó en aquellos días al pueblo con una furgoneta que estaba para el desguace y, desde entonces, ha crecido muchísimo.
- ¿Quién inauguró el polígono Aljoroque?
- Un inglés que abrió una gasolinera en 1992. Fue la primera que hubo en el pueblo. Después vinieron dos empresas metalúrgicas.
- Resulta difícil entender la creación de dos polígonos industriales con 95 naves en suelo rústico. Por menos han inhabilitado a otros alcaldes.
- Es cierto que los polígonos Aljoroque I y II no estaban amparados por ningún plan. Corrí un riesgo penal. Competía, además, con compañeros de partido, porque todos los alcaldes de la comarca eran entonces del PSOE, salvo Adolfo Pérez en Garrucha, y querían las industrias para sus municipios. Vi que era urgente salir del naranjico y la alfalfa, y el Polígono de Aljoroque lo hizo posible facilitando las cosas a los empresarios. Hice muchos viajes en mi Seat Málaga blanco a Almería y a Sevilla acompañando a empresarios a presentar sus proyectos en las delegaciones y consejerías. Los emprendedores de esa época no entendían aquello de vuelva usted mañana. Ellos querían trabajar y yo les facilité las cosas para que invirtieran, crearan riqueza, generaran empleo y mi pueblo tuviera futuro.
- ¿Entre tanto interés se podría colar la corrupción?
- Mire, yo era muy cuidadoso con eso. Siempre busqué documentación e informes bancarios de quienes venían. No acompañé a especuladores ni a gente con malas intenciones. Cuando venía alguien que no me parecía de intenciones limpias, llamaba a mis concejales. Quería tener testigos. Me lo aconsejó un buen amigo.
- ¿Se refiere a sobornos?
- Sí. Recuerdo que en el segundo mandato me llamó un señor de Granada para decirme que un maletín podía cambiar mi vida. Quería que recalificara 200 Has. para construir chalés. ¿Sabe qué? Disculpe la expresión, pero lo mandé a la mierda. Fue en 1991. Aun así, siempre hay alguien por ahí que acaba diciendo que has cobrado mordidas y hasta que tienes cuentas en Andorra.
- Ha hablado de un riesgo penal que no llegó a sufrir. - ¿Cómo que no? Me condenaron a 8 años de inhabilitación.
- Pero no por los Polígonos. Fue por negar información a la oposición.
- Sí, luego me absolvieron, pero me jodieron lo que quisieron y más.
- ¿Nunca temió las consecuencias de un accidente laboral en un Polígono Aljoroque ilegal?
- Jamás. Todas las empresas tenían sus seguros de responsabilidad. Lo esencial es que hemos sido noticia nacional y europea por contar con 6.500 puestos de trabajo en una localidad de 3.500 habitantes.
- ¿Cuánto invirtió el Ayuntamiento en la creación de esos polígonos? - La iniciativa era privada. El Ayuntamiento invertiría tres o cuatro millones de pesetas, digo de pesetas; no más.
- Suena a poco, ¿a cuánto ascendían los presupuesto de entonces?
- Mi primer presupuesto fue de 15 millones de pesetas. El último, en el año 2000, de 100 millones (600.000 euros). Yo aprendí mucho en Alemania, donde había visto que pueblos de 300 habitantes tenían polideportivos y otras infraestructuras que en Antas ni soñábamos en aquellos años. Ahora son posibles gracias a una oportunidad que aprovechamos hace 34 años. La gente es sabia y se acuerda de cómo ocurrieron las cosas.
-Describa la economía de Antas en 1987, el año en que llegó usted a la Alcaldía.
- Se basaba en una agricultura obsoleta. Fundamentalmente de la naranja, que se vendía a 25 céntimos de peseta. Ruina. Poco más tarde, cuando llegó la autovía, la comarca empezó a bullir gracias a las comunicaciones. Aparecieron naves aisladas por todas partes y, como estaban diseminadas, llevar los servicios básicos de agua, electricidad, alcantarillado y telefonía a cada una de ellas costaba muchísimo más que hacerlo a un polígono industrial donde estuvieran ordenadas. Vi muy claro que tenía que aprovechar la oportunidad de traer prosperidad a mi pueblo, y la mejor manera era crear un polígono para acoger la incipiente industria que empezaba a nacer en la zona.
- ¿Había suficiente demanda para crear un polígono industrial?
- Sí que la había. Precisamente esa demanda me empujó a emprender la construcción del polígono y, al mismo tiempo, el camino burocrático para legalizarlo. Gracias a esa decisión de ayer, hoy un pueblo de 3.500 habitantes como Antas cuenta con 6.500 puestos de trabajo. Me satisface ver las colas de coches entrando a los polígonos industriales de mi pueblo en las horas punta. También me llena de orgullo que vengan aquí todos los días ciudadanos de media provincia a generar riqueza.
- ¿No pudo esperar a clasificar urbanísticamente el suelo antes de empezar a llenarlo de naves?
- Las oportunidades se presentan una vez en la vida y, de haber esperado, Antas habría perdido la suya. En aquel momento era necesario adoptar una decisión. Un empresario que hoy emplea a 350 personas en Aljoroque me dijo entonces que espabilara. O le daba inmediatamente una licencia para construir su nave o se instalaba en Murcia. Así que opté por otorgarlas.
- ¿Sin ningún amparo legal?
- Había unas Normas Subsidiarias que se podían haber modificado. Y los que me siguieron han tenido 24 años para legalizar los dos polígonos.
- Que añadidos a los diez anteriores suman 34 años sin contribuir al Ayuntamiento.
- Pagaron licencias de obras y el IBI rústico.
- ¿Había empresas del pueblo en el comienzo de ese polígono?
- No muchas. Tres o cuatro pequeñas de transporte, a las que pronto se sumaron otras de Murcia, Alicante y Valencia. El dinero llama al dinero. Si a alguien le va bien con un modelo de negocio, otros siguen sus pasos. Recuerdo a un joven empresario que llegó en aquellos días al pueblo con una furgoneta que estaba para el desguace y, desde entonces, ha crecido muchísimo.
- ¿Quién inauguró el polígono Aljoroque?
- Un inglés que abrió una gasolinera en 1992. Fue la primera que hubo en el pueblo. Después vinieron dos empresas metalúrgicas.
- Resulta difícil entender la creación de dos polígonos industriales con 95 naves en suelo rústico. Por menos han inhabilitado a otros alcaldes.
- Es cierto que los polígonos Aljoroque I y II no estaban amparados por ningún plan. Corrí un riesgo penal. Competía, además, con compañeros de partido, porque todos los alcaldes de la comarca eran entonces del PSOE, salvo Adolfo Pérez en Garrucha, y querían las industrias para sus municipios. Vi que era urgente salir del naranjico y la alfalfa, y el Polígono de Aljoroque lo hizo posible facilitando las cosas a los empresarios. Hice muchos viajes en mi Seat Málaga blanco a Almería y a Sevilla acompañando a empresarios a presentar sus proyectos en las delegaciones y consejerías. Los emprendedores de esa época no entendían aquello de vuelva usted mañana. Ellos querían trabajar y yo les facilité las cosas para que invirtieran, crearan riqueza, generaran empleo y mi pueblo tuviera futuro.
- ¿Entre tanto interés se podría colar la corrupción?
- Mire, yo era muy cuidadoso con eso. Siempre busqué documentación e informes bancarios de quienes venían. No acompañé a especuladores ni a gente con malas intenciones. Cuando venía alguien que no me parecía de intenciones limpias, llamaba a mis concejales. Quería tener testigos. Me lo aconsejó un buen amigo.
- ¿Se refiere a sobornos?
- Sí. Recuerdo que en el segundo mandato me llamó un señor de Granada para decirme que un maletín podía cambiar mi vida. Quería que recalificara 200 Has. para construir chalés. ¿Sabe qué? Disculpe la expresión, pero lo mandé a la mierda. Fue en 1991. Aun así, siempre hay alguien por ahí que acaba diciendo que has cobrado mordidas y hasta que tienes cuentas en Andorra.
- Ha hablado de un riesgo penal que no llegó a sufrir. - ¿Cómo que no? Me condenaron a 8 años de inhabilitación.
- Pero no por los Polígonos. Fue por negar información a la oposición.
- Sí, luego me absolvieron, pero me jodieron lo que quisieron y más.
- ¿Nunca temió las consecuencias de un accidente laboral en un Polígono Aljoroque ilegal?
- Jamás. Todas las empresas tenían sus seguros de responsabilidad. Lo esencial es que hemos sido noticia nacional y europea por contar con 6.500 puestos de trabajo en una localidad de 3.500 habitantes.
- ¿Cuánto invirtió el Ayuntamiento en la creación de esos polígonos? - La iniciativa era privada. El Ayuntamiento invertiría tres o cuatro millones de pesetas, digo de pesetas; no más.
- Suena a poco, ¿a cuánto ascendían los presupuesto de entonces?
- Mi primer presupuesto fue de 15 millones de pesetas. El último, en el año 2000, de 100 millones (600.000 euros). Yo aprendí mucho en Alemania, donde había visto que pueblos de 300 habitantes tenían polideportivos y otras infraestructuras que en Antas ni soñábamos en aquellos años. Ahora son posibles gracias a una oportunidad que aprovechamos hace 34 años. La gente es sabia y se acuerda de cómo ocurrieron las cosas.