El paro de los ministros


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

A mi amigo Manolo le han tocado en la lotería ciento y pico mil euros. Me ha salvado la vida, me decía el otro día con cara de satisfacción. El sueldo mensual, los hijos y el nieto lo llevaban por la senda de la amargura. A este amigo, la empresa lo había despedido, y el paro de los dos años que le correspondía no llegaba a los mil euros al mes. Aquel billete, comprado casi por obligación, empujado por un amigo, le ha salvado la situación en la que andaba metida su vida. Lo lamentable es que no hay billetes premiados para todos los parados que pasan apuros como mi amigo Manuel.

Recuerdo esta historia viendo lo que van a cobrar de paro los ministros y otros altos cargos cesados por Pedro Sánchez del gobierno de España. Cada ministro, como todo trabajador cesado, tiene por ley dos años de ayuda, el nombre no es paro, pero viene a ser lo mismo. Nada que oponer a que lo cobren. El problema es que los sueldos no son iguales, ni siquiera parecidos. Mi amigo en torno a los novecientos euros al mes, un ministro cinco mil (5.000) euros mensuales, por veinticuatro. Hay diferencia. Vaya si la hay. Algunos pensamos que demasiada.

Claro, que los secretarios del estado cesados reciben una cantidad que supera incluso a los propios ministros. Pobres ministros, ganando dos mil (2.000) euros menos que los secretarios por ellos elegidos. Estos pasan de los siete mil (7.000) euros mensuales durante dos añitos. ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? Mi amigo no llega a los mil. Los ministros llegan a cinco mil, los secretarios a siete mil. Entiendo que todos queramos ser ministros como mínimo, y a ser posible que nos hagan secretario de estado, como al profesor Fernando Martínez López.

Luego se quejan los políticos de que aparezcan las bases de los partidos y se rebelen contra ellos, contra sus casoplonas, sus viviendas de cuatrocientos metros, sus sueldos millonarios, y cuando los cesan, un cantidad que es como un gran premio de la bonoloto, normalmente no sabemos por qué, ya que la gran mayoría de ellos han resultado un fiasco para los que un día confiaron en ellos y les votaron.

Mi amigo Manuel está que se sale. Ya ni piensa en lo que cobran los ministros y los secretarios de estado en paro, tampoco espera en la puerta de Cajamar (por cierto, señor presidente, o tenemos que recordárselo al director, ¿para cuando el prometido cajero en la localidad de Terque? Según se cuenta estaba en los presupuestos desde el pasado 2019, y aún no han cumplido, cada vez se parecen ustedes más a los políticos), cada primero de mes para sacar los novecientos, a Manolo, es verdad le ha tocado la lotería.

A los ciudadanos de a pie, a los que no les ha tocado la bono y tampoco la loto, que están en paro, sean estos fijos o discontinuos, cuando ven lo que ellos cobran de paro o ayuda y lo comparan con lo de los ministros y secretarios de estado, ¿a quién coño esperan ustedes que voten? Pues eso.