El lío de las bendiciones


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

No es fácil saber cómo puede acabar la situación creada por el Papa con la bendición a las parejas homosexuales. Desde el pasado diciembre en que se dio a conocer la fiducia las voces se han levantado en la Iglesia en la que hay Cardenales y Obispos que no están por atender la palabra de Francisco, versos sueltos en distintos puntos del mundo que están haciendo mucho ruido dentro y fuera del Vaticano. Se han producido ceses dentro de la Iglesia y se extiende la creencia de que aún no han parado las recciones del Papa ante las voces levantadas.

No tenía excesivo interés en entrar en el tema, pero lo que no esperaba es que Almería tuviera su voz dentro de la polémica suscitada, lo que me ha llamado a cercarme a la cuestión. Mientras el actual obispo, don Antonio Gómez Cantero es un claro defensor del papa Francisco y de su nueva fiducia dentro de los muros de la Iglesia, el anterior, don Adolfo González Montes, anda el hombre en la lucha por una Iglesia un poco más anclada en su historia, de ahí su escrito dado a conocer sobre lo concerniente al último dicasterio de la fe. Lo que no sabemos ciertamente es si se trata de la defensa de sus ideas, que está en su derecho de llevarlas a cabo, o la venganza por todo lo que particularmente le ha ocurrido en los últimos años de su mandato en la diócesis de Almería.

Los que vemos el mundo de la Iglesia Católica desde un camino algo alejado, nos preguntamos por qué no se pude bendecir a las parejas homosexuales. Una cosa que me ha gustado de Francisco, llamado el Papa montonero desde algunos sectores de la derecha, es que cree, y así lo ha manifestado, que la bendición debe ser para todos, todos, todos. Y en ese todos, entiendo que están los homosexuales, los hetero y el resto de los seres humanos sin mirar lo que hagan con su sexualidad. Voces cercanas al Papa dicen que se trata de bendecir a las personas, no al pecado. ¿Pecado? ¿Qué pecado?

No me han gustado todas de las declaraciones del Papa, como se puede entender, no me agradó cuando dijo que no venía a España hasta que no pidiera perdón, pero no ha entrado en lo de hacer cruces dentro de la casilla que tanto aporta a la economía de la Iglesia. La juventud española que ha estado presente en otros actos con Papas anteriores ¿qué perdón tiene que pedir? Es muy libre Francisco de tratar como crea oportuno a los fieles que le siguen en su doctrina, pero si es un jefe del estado, como dicen que lo es, no ha tenido un comportamiento que se pueda denominar diplomático. Y es lo menos que se le podía exigir al hombre que viste de blanco.

Los cambios que viene intentando introducir en la Iglesia están encontrando una importante reacción en contra, su fama de hombre de izquierdas, progresista, está levantando el rechazo de un clero que no parece querer cambios, que quiere mantener los viejos cimientos de la Iglesia de Pedro. Reitero que no es fácil saber cómo va a terminar la polémica creada. Habría que preguntar a los católicos: ¿Qué iglesia quieren? ¿Las bendiciones, como dice el Papa, deben ser para todos los hombres piensen, sientan y amen como ellos quieran?