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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
No es mía la frase. Estoy de acuerdo con ella, es lo que pensaba media España en aquel momento, pero el autor no ha sido el que escribe estas líneas. Tampoco aquellos que, lejos del pensamiento único del socialismo rampante en estos años, se han batido el cobre en estos días de amnistías y otras gansadas con tal de denunciar los votos que estaba comprando el Psoe para que Pedro siguiera en el poder.
El autor de la frase se llama Salvador, se apellida Illa, Illa ¡qué maravilla! y que nos llevó de cabeza durante la pandemia, fue ministro de Sánchez, militante socialista en Cataluña, y cabeza visible del PSOE en esta comunidad española. Él fue el que nos reconoció a todos los españoles, en una entrevista en la Tv que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos, que su partido, léase el PSOE, cambió el código penal para soltar a todos los sediciosos catalanes que estaban en la cárcel. Lo de sediciosos es mío. No se lo achaquen al flaco Salvador Illa, al que por cierto no le vendría mal algo de mantequilla-illa-illa para su enjuto cuerpo, y si es Lorenzana, mejor que mejor.
Se nos olvidan algunas de las tropelías cometidas por Pedro Sánchez en su labor para mantenerse en el gobierno, por eso es bueno recordarlas, y nos encanta que se haga, y si quien lo hace es un conspicuo personaje como el que lo ha hecho, solo agradecimientos por nuestra parte se merece el señor Illa tras su confesión. No estamos acostumbrados a que los políticos nos digan la verdad de lo que sienten, piensan y hacen ante el gran público. Ya puesto, nos podría contar usted lo ocurrido con la compra de mascarillas, se dice que el gobierno pagó una millonada por las mismas, y sin aclarar algunos frentes abiertos que se están investigando. Cuente, señor Illa, Illa, el de las maravillas.
Durante sus intervenciones en tiempos de pandemia no estuvo muy afortunado el caballero de la enjuta figura, claro que al lado del que nos contaba la historia diaria, el tal Simón, tampoco desentonaba en exceso el ministro. Lo que no entendemos es lo que busca sacando algo que ya había olvidado el grueso de los españoles, ante las nuevas matracas con las que nos sacude su jefe político.
Como algunos estamos convencidos de que nuestros políticos no dan puntada sin hilo, es de imaginar que si el señor Illa (el de la mantequilla-illa-illa maravilla), nos recordaba lo del cambio del código penal para dejar libres a sus paisanos catalanes, es por algún motivo que aún los ciudadanos no conocemos. Uno de estos días, si le da un ataque de conciencia, lo mismo nos lo comenta en alguna entrevista en la Tele.
Qué tendrán los focos, qué los micrófonos, que los políticos, hasta los que llegan a ministros, se nos convierten en corderillos y nos abren en canal su corazón.
El autor de la frase se llama Salvador, se apellida Illa, Illa ¡qué maravilla! y que nos llevó de cabeza durante la pandemia, fue ministro de Sánchez, militante socialista en Cataluña, y cabeza visible del PSOE en esta comunidad española. Él fue el que nos reconoció a todos los españoles, en una entrevista en la Tv que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos, que su partido, léase el PSOE, cambió el código penal para soltar a todos los sediciosos catalanes que estaban en la cárcel. Lo de sediciosos es mío. No se lo achaquen al flaco Salvador Illa, al que por cierto no le vendría mal algo de mantequilla-illa-illa para su enjuto cuerpo, y si es Lorenzana, mejor que mejor.
Se nos olvidan algunas de las tropelías cometidas por Pedro Sánchez en su labor para mantenerse en el gobierno, por eso es bueno recordarlas, y nos encanta que se haga, y si quien lo hace es un conspicuo personaje como el que lo ha hecho, solo agradecimientos por nuestra parte se merece el señor Illa tras su confesión. No estamos acostumbrados a que los políticos nos digan la verdad de lo que sienten, piensan y hacen ante el gran público. Ya puesto, nos podría contar usted lo ocurrido con la compra de mascarillas, se dice que el gobierno pagó una millonada por las mismas, y sin aclarar algunos frentes abiertos que se están investigando. Cuente, señor Illa, Illa, el de las maravillas.
Durante sus intervenciones en tiempos de pandemia no estuvo muy afortunado el caballero de la enjuta figura, claro que al lado del que nos contaba la historia diaria, el tal Simón, tampoco desentonaba en exceso el ministro. Lo que no entendemos es lo que busca sacando algo que ya había olvidado el grueso de los españoles, ante las nuevas matracas con las que nos sacude su jefe político.
Como algunos estamos convencidos de que nuestros políticos no dan puntada sin hilo, es de imaginar que si el señor Illa (el de la mantequilla-illa-illa maravilla), nos recordaba lo del cambio del código penal para dejar libres a sus paisanos catalanes, es por algún motivo que aún los ciudadanos no conocemos. Uno de estos días, si le da un ataque de conciencia, lo mismo nos lo comenta en alguna entrevista en la Tele.
Qué tendrán los focos, qué los micrófonos, que los políticos, hasta los que llegan a ministros, se nos convierten en corderillos y nos abren en canal su corazón.