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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Cuando no se tienen argumentos que presentar, y Adriana parece no tenerlos, cometemos la
estupidez de creernos que la verdad solo es la nuestra, que nosotros somos la democracia y
que todo lo que nos rodea va en contra de ella. Eso parece haberle ocurrido a la portavoz del
PSOE en el Ayuntamiento de la capital cuando manifiesta que las protestas de los ciudadanos,
las que se vienen produciendo en la totalidad del estado en las puertas de las sedes socialistas,
incluso en Cataluña y País Vasco, no son contra el PSOE, no son contra Pedro Sánchez, esas
manifestaciones, dice la señora Valverde, son: Contra la democracia. ¡Toma ya!
Y se quedó tan ancha, tan tranquila, la mujer. Y tendremos que seguir soportando a doña Adriana dando lecciones como esta desde el púlpito que le pagan los almerienses en el Ayuntamiento. Tendríamos que sacar la conclusión, según doña Adriana, de que la democracia solo existe en las sedes del PSOE, que, saliendo del antiguo Paseo de Versalles, donde tienen ubicada su casa los socialistas, el resto de las calles y plazas de Almería no saben lo que es la democracia, y que son ellos los que nos la tienen que enseñar, que la democracia solo la tiene en su haber, en su palabra, en su pedigrí, Pedro Sánchez. Ese hombre que nunca miente.
Ellos, los socialistas de Pedro, son la democracia, ellos representan a la única España que siente y defiende la voluntad popular, ellos los únicos defensores del voto del pueblo, ellos, los demócratas de siete votos. Supongo que Adriana Valverde es consciente de que Felipe Gonzáles no es demócrata, de que tampoco lo es Alfonso Guerra y tantos otros socialistas como han salido a decir que la democracia se pierde cuando se pierden los derechos, y España y los españoles lo están perdiendo con ese acuerdo, y por siete votos, con los que Sánchez y doña Adriana, sí, doña Adriana Valverde, venden los derechos de los ciudadanos de Almería.
El resto de los mortales es posible que no sepamos lo que es la democracia, pero tenemos muy claro lo que son los derechos y la división de poderes en un estado, pero para doña Adriana eso no debe tener importancia, eso no es democracia. La democracia para ella es hacer lo que le da la gana a ella y a su partido, a ella y a Sánchez, y todo ello por siete putos votos como dijo Felipe González.
Debe ser muy duro para el que fuera presidente de España, ver a gente como Adriana Valverde formar parte de aquel partido que fue capaz de llenar de derechos a toda una generación que los había perdido. Pero este es el personal que forma hoy aquel viejo partido socialista: Gente como Adriana Valverde. ¡Qué lástima!
Y se quedó tan ancha, tan tranquila, la mujer. Y tendremos que seguir soportando a doña Adriana dando lecciones como esta desde el púlpito que le pagan los almerienses en el Ayuntamiento. Tendríamos que sacar la conclusión, según doña Adriana, de que la democracia solo existe en las sedes del PSOE, que, saliendo del antiguo Paseo de Versalles, donde tienen ubicada su casa los socialistas, el resto de las calles y plazas de Almería no saben lo que es la democracia, y que son ellos los que nos la tienen que enseñar, que la democracia solo la tiene en su haber, en su palabra, en su pedigrí, Pedro Sánchez. Ese hombre que nunca miente.
Ellos, los socialistas de Pedro, son la democracia, ellos representan a la única España que siente y defiende la voluntad popular, ellos los únicos defensores del voto del pueblo, ellos, los demócratas de siete votos. Supongo que Adriana Valverde es consciente de que Felipe Gonzáles no es demócrata, de que tampoco lo es Alfonso Guerra y tantos otros socialistas como han salido a decir que la democracia se pierde cuando se pierden los derechos, y España y los españoles lo están perdiendo con ese acuerdo, y por siete votos, con los que Sánchez y doña Adriana, sí, doña Adriana Valverde, venden los derechos de los ciudadanos de Almería.
El resto de los mortales es posible que no sepamos lo que es la democracia, pero tenemos muy claro lo que son los derechos y la división de poderes en un estado, pero para doña Adriana eso no debe tener importancia, eso no es democracia. La democracia para ella es hacer lo que le da la gana a ella y a su partido, a ella y a Sánchez, y todo ello por siete putos votos como dijo Felipe González.
Debe ser muy duro para el que fuera presidente de España, ver a gente como Adriana Valverde formar parte de aquel partido que fue capaz de llenar de derechos a toda una generación que los había perdido. Pero este es el personal que forma hoy aquel viejo partido socialista: Gente como Adriana Valverde. ¡Qué lástima!