Los concejales de Turre con Andalucía, que han firmado una moción de censura junto al PP, investirán alcalde al popular Arturo Grima el martes
ALMERÍA HOY / 22·10·2023
Se daba por hecho que ocurriría el 17 de junio, pero será el 24 de octubre cuando los concejales de Turre con Andalucía investirán alcalde al popular Arturo Grima gracias a una moción de censura. No quieren seguir permitiendo que “una minoría que no habla con nadie” continúe gobernando el pueblo
- Tras ocho años de desencuentros entre su formación y el PSOE en el Gobierno local, ¿por qué se frustró el 17 de junio un acuerdo que se daba por hecho entre ustedes y el PP?
- Es cierto que estábamos de acuerdo en la mayor parte del programa de gobierno, salvo algunos flecos de menor importancia. El gran escollo apareció a la hora de decidir quién iniciaba el mandato como alcalde y el tiempo que correspondería a cada partido.
- ¿Por qué era tan importante comenzar el mandato como alcalde? Ustedes siempre han situado el programa por encima de cualquier otra circunstancia política.
- Porque no teníamos la certeza de que todos los concejales del PP votarían a favor del relevo. Ellos también manifestaron las mismas dudas con respecto a nosotros. Por eso era fundamental empezar el mandato en la Alcaldía. Además, es la foto que permanece en la retina de todo el mundo, por mucho que quien termina siendo regidor los últimos años acabe inaugurando las obras.
- ¿No consideró la ventaja que supondría llegar a las próximas elecciones como alcalde en vez de primer teniente?
- También es importante.
- ¿Cómo se miraban usted y el alcaldable del PP, Arturo Grima, al día siguiente de haber facilitado la investidura de la socialista María Isabel López?
- Nuestra relación se enfrió, pero no tardamos mucho en volver a hablar. El deseo de gobernar juntos no había desaparecido. Continuaba latente en ambas partes. Por otro lado, la actitud del Gobierno local, ignorándonos a los dos grupos de la oposición, contribuyó a acercarnos.
- Pero esa actitud no es nueva. Usted la denunció reiteradamente durante los dos mandatos que compartió Gobierno con el PSOE.
- Sí. Fueron ocho años de ‘no relación’ basados en la falta de comunicación. Vivíamos de espaldas. Siendo alcalde, tuve que rescatar delegaciones que había transferido a la Junta de Gobierno porque los socialistas rechazaban sistemáticamente mis propuestas, incluso las firmadas en el acuerdo de Gobierno. No podía permitirme aparecer como incapaz de gestionar proyectos ni ofrecer una imagen de parálisis. Uno de los mayores escollos fue construir una acera en la Avenida de Almería. Acabó ejecutándose y todo el pueblo camina con seguridad por ella, en lugar de hacerlo por la calzada, como ocurría hasta entonces. Mi empeño, creo, mereció la pena.
- Y, a pesar de esa experiencia, ustedes repitieron pacto en el mandato pasado, donde nada cambió. Cuatro años más de gobierno compartido en que llegaron a reprobar a una alcaldesa que ni siquiera le dirigía la palabra e incluso llegando a vetar el proyecto de presupuestos de María Isabel.
- Normal. Todavía no entiendo que se negara a hablar conmigo de los presupuestos siendo consciente de que necesitaba nuestros votos para sacarlos adelante ¿cómo íbamos a aprobarlos?
- ¿Y no considera sorprendente que usted permitiera el pasado junio la investidura de María Isabel después de ese historial de confrontaciones?
- Nuestra intención era gobernar con el PP. Sin embargo, en ocasiones es preferible disponer de más tiempo para mejorar un pacto. Lo ideal habría sido sellar el acuerdo el 17 de junio, pero no pudo ser. Entendemos que el cambio de gobierno es necesario en el pueblo. Además del PP y nosotros, lo aprecian vecinos y empresarios. Todos observamos la falta de trabajo por parte del equipo de María Isabel; el desastre en la gestión económica y la carencia de proyectos. Confieso que no nos pilla de sorpresa. No podemos seguir permitiendo que gobierne Turre una minoría que no habla con nadie. El pueblo necesita estabilidad que proporcionan seis concejales bien avenidos. La alcaldesa ni siquiera lo intenta. No llama a la puerta de los demás grupos. Actúa con soberbia. Pero vamos a corregir este desgobierno, mediante una moción de censura, dos partidos que en política nacional difícilmente coincidiremos, pero en gestión municipal sí. Por eso vamos a formar un pacto de gobierno programático.
- ¿Por qué no registraron la moción en julio, agosto o septiembre?
- Lo hemos hecho después de la feria de octubre para que los vecinos vivieran la fiesta en paz. Tampoco queríamos airear demasiado la iniciativa.
- ¿Cómo espera que reaccione su partido, Izquierda Unida, ante la moción de censura presentada junto al Partido Popular?
- Ya nos han advertido de que nos van a expulsar en cuanto se materialice la moción. Será muy duro, pero aceptaremos las consecuencias. A nosotros nos ha elegido el pueblo. Estamos convencidos de que hacemos lo correcto y de que vamos a formar un equipo mejor que el que ahora dirige Turre. Cuando nos echen del partido, espero que algún día nos readmitan, porque mis ideas y mi corazón están y estarán siempre en la izquierda.
- Tras ocho años de desencuentros entre su formación y el PSOE en el Gobierno local, ¿por qué se frustró el 17 de junio un acuerdo que se daba por hecho entre ustedes y el PP?
- Es cierto que estábamos de acuerdo en la mayor parte del programa de gobierno, salvo algunos flecos de menor importancia. El gran escollo apareció a la hora de decidir quién iniciaba el mandato como alcalde y el tiempo que correspondería a cada partido.
- ¿Por qué era tan importante comenzar el mandato como alcalde? Ustedes siempre han situado el programa por encima de cualquier otra circunstancia política.
- Porque no teníamos la certeza de que todos los concejales del PP votarían a favor del relevo. Ellos también manifestaron las mismas dudas con respecto a nosotros. Por eso era fundamental empezar el mandato en la Alcaldía. Además, es la foto que permanece en la retina de todo el mundo, por mucho que quien termina siendo regidor los últimos años acabe inaugurando las obras.
- ¿No consideró la ventaja que supondría llegar a las próximas elecciones como alcalde en vez de primer teniente?
- También es importante.
- ¿Cómo se miraban usted y el alcaldable del PP, Arturo Grima, al día siguiente de haber facilitado la investidura de la socialista María Isabel López?
- Nuestra relación se enfrió, pero no tardamos mucho en volver a hablar. El deseo de gobernar juntos no había desaparecido. Continuaba latente en ambas partes. Por otro lado, la actitud del Gobierno local, ignorándonos a los dos grupos de la oposición, contribuyó a acercarnos.
- Pero esa actitud no es nueva. Usted la denunció reiteradamente durante los dos mandatos que compartió Gobierno con el PSOE.
- Sí. Fueron ocho años de ‘no relación’ basados en la falta de comunicación. Vivíamos de espaldas. Siendo alcalde, tuve que rescatar delegaciones que había transferido a la Junta de Gobierno porque los socialistas rechazaban sistemáticamente mis propuestas, incluso las firmadas en el acuerdo de Gobierno. No podía permitirme aparecer como incapaz de gestionar proyectos ni ofrecer una imagen de parálisis. Uno de los mayores escollos fue construir una acera en la Avenida de Almería. Acabó ejecutándose y todo el pueblo camina con seguridad por ella, en lugar de hacerlo por la calzada, como ocurría hasta entonces. Mi empeño, creo, mereció la pena.
- Y, a pesar de esa experiencia, ustedes repitieron pacto en el mandato pasado, donde nada cambió. Cuatro años más de gobierno compartido en que llegaron a reprobar a una alcaldesa que ni siquiera le dirigía la palabra e incluso llegando a vetar el proyecto de presupuestos de María Isabel.
- Normal. Todavía no entiendo que se negara a hablar conmigo de los presupuestos siendo consciente de que necesitaba nuestros votos para sacarlos adelante ¿cómo íbamos a aprobarlos?
- ¿Y no considera sorprendente que usted permitiera el pasado junio la investidura de María Isabel después de ese historial de confrontaciones?
- Nuestra intención era gobernar con el PP. Sin embargo, en ocasiones es preferible disponer de más tiempo para mejorar un pacto. Lo ideal habría sido sellar el acuerdo el 17 de junio, pero no pudo ser. Entendemos que el cambio de gobierno es necesario en el pueblo. Además del PP y nosotros, lo aprecian vecinos y empresarios. Todos observamos la falta de trabajo por parte del equipo de María Isabel; el desastre en la gestión económica y la carencia de proyectos. Confieso que no nos pilla de sorpresa. No podemos seguir permitiendo que gobierne Turre una minoría que no habla con nadie. El pueblo necesita estabilidad que proporcionan seis concejales bien avenidos. La alcaldesa ni siquiera lo intenta. No llama a la puerta de los demás grupos. Actúa con soberbia. Pero vamos a corregir este desgobierno, mediante una moción de censura, dos partidos que en política nacional difícilmente coincidiremos, pero en gestión municipal sí. Por eso vamos a formar un pacto de gobierno programático.
- ¿Por qué no registraron la moción en julio, agosto o septiembre?
- Lo hemos hecho después de la feria de octubre para que los vecinos vivieran la fiesta en paz. Tampoco queríamos airear demasiado la iniciativa.
- ¿Cómo espera que reaccione su partido, Izquierda Unida, ante la moción de censura presentada junto al Partido Popular?
- Ya nos han advertido de que nos van a expulsar en cuanto se materialice la moción. Será muy duro, pero aceptaremos las consecuencias. A nosotros nos ha elegido el pueblo. Estamos convencidos de que hacemos lo correcto y de que vamos a formar un equipo mejor que el que ahora dirige Turre. Cuando nos echen del partido, espero que algún día nos readmitan, porque mis ideas y mi corazón están y estarán siempre en la izquierda.
