La venganza de “don Mendo” Hernández


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

En Carboneras se viven tiempos de venganzas, de cuchillos abiertos entre Salvador Hernández y José Luis Amérigo. Todo indica que la presencia del que fuera hombre del Gicar, hoy en Cs, en el Ayuntamiento de Carboneras, tiene un componente claro de revancha contra aquellos que le hicieron la vida imposible, lo desterraron del poder municipal y casi acaban con su carrera política.

Como un don Mendo cualquiera, Salvador se prepara para una dulce y fría venganza contra aquellos que le arrebataron el amor de su vida, su más preciado sueño: La alcaldía de su pueblo.

No se ha disfrazado de trovador, no son tiempos para ello, ni va a cantar romanzas a la ventana de José Luis que hablen de amor, no va a intentar convencer o enamorar al hombre que tanto daño le ha hecho en estos años, ha preferido buscar el voto de los carboneros, y aunque hayan sido menos de los que esperaba, lo cierto es que en su mano y su voto de concejal ha estado el desarrollo y la victoria como alcalde de Felipe Cayuela. Y es posible que la caída de su rival, quizás aquí se pueda indicar lo de enemigo.

Las coplillas las va a cantar en los juzgados, y si los jueces lo ven oportuno, alguno parece que así ha sido, la venganza, fría venganza de don “Mendo” Hernández se irá haciendo realidad en la vida política y personal del hombre que le arrebató lo que más quería. Es el sino de la política. Los errores se pagan, las traiciones también y las venganzas, verdad Salvador, se disfrutan. En Carboneras don Mendo Hernández está empezando a llenar de fría venganza el cáliz de la satisfacción. Y lo disfrutará, estoy seguro de ello.

Es triste, estoy con ustedes, que en pueblos en el que todos los vecinos se conocen, en los que incluso las familias se entrecruzan, existan estas rencillas que a nada llevan, que lo único que logran es emponzoñar más las vidas de los vecinos. Pero los políticos no parecen darse cuenta de ello. Desde sus globos “sin ventanas a la calle” en los que viven, dentro de ese pequeño mundo, más parecido a una secta, a veces me pregunto si peligrosa, donde los compañeros todo lo perdonan.

¿Nos equivocamos los votantes cuando confiamos en estos personajes? Creo que votamos más con las entrañas, que con la cabeza. Nos olvidamos la mayoría de las veces de quiénes son estos hombres a los que no les importa mentir, llevar a los tribunales al rival, aunque se sepa que no tiene futuro la denuncia, pero calumnia que algo queda.

¿Se puede entender la venganza de Salvador Hernández en Carboneras contra José Luis Amérigo y el partido al que pertenece, el PSOE?

Creo que está en su derecho a defenderse de lo que le han hecho a lo largo de estos años, a intentar que paguen el mucho daño político, social, personal y familiar que a él le hicieron desde la instancia de algún militante socialista. ¿Qué ocurrirá después? Que cuando el PSOE llegue al poder en el pueblico, que algún día volverá, renacerán las brasas que deje la venganza de Salvador y volverán a la andadas.

Es el sino de tener a estos políticos mandando en nuestras administraciones.