.. |
PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
El presidente del alto tribunal andaluz. Lorenzo del Rio, manifestaba en una reciente visita a nuestra provincia sentirse preocupado por el retraso que se lleva en dar a conocer la sentencia sobre el Caso Poniente.
Cualquier ciudadano, más que preocupado, diría que está avergonzado ante lo que ha venido ocurriendo con el tema de Juan Enciso, Pepe Alemán y cía, pero él no se atreve, y no lo entiende el personal. Se tardaron años en investigar, se dejó desde fiscalía que pasaran los meses, los años sin mover un papel, pero mientras en los despachos de la justicia se miraba hacía otro lado. Entonces no parecía preocupar.
¿Qué tiene el Caso Poniente que ha concitado tantos silencios a lo largos de los años por parte de los distintos poderes repartidos en nuestra sociedad? ¿Alguien nos lo podría explicar? Como no lo van a hacer, como no se van a atrever, piensen ustedes todo lo mal que quieran, y se quedaran cortos. Qué tejemanejes se han debido dar durante estos años entre los despachos de la justicia, madre del amor hermoso, que diría mi madre.
Tiene que haber tal maraña dentro que nos podemos encontrar este año, el próximo o dentro de veinte con una sentencia que nos avergüence a todos, y claro, ante la situación que se pueda vivir, ante la cara que se nos puede quedar a los ciudadanos, hay que seguir dando largas a la sentencia y preocupar al presidente del TSJA, don Lorenzo del Río.
¿Solo preocupar?
Le parece poco. Don Lorenzo está preocupado por el retraso y lo manifiesta, qué quiere usted que haga más.
Tampoco se ponga así, hombre de Dios, es que a uno le parece poco lo de “preocupar”, que lo mismo don Lorenzo podría poner el acento, no sé, en los culpables, que debe haberlos, digo yo, en los años que llevamos esperando una resolución al Caso Poniente, en la vergüenza que supone lo que llevamos esperando. Pero solo está preocupado el hombre. Vaya por Dios.
Parece que algunos poderes están empeñados en que nos olvidemos los años que llevamos esperando desde que Juan Enciso y Pepe Alemán traspasaron por unos días las puertas de la justicia, la sentencia sobre el caso.
La instrucción del caso llevó años y años. Cuando no tenían a quien echar la culpa de la lentitud, cuando no de la sistemática demora, siempre estaba a mano Hacienda para acusarla, y de paso a sus inspectores, de que no habían dado los informes solicitados en su día por la justicia. Y se esperaron los informes durante años y años. No sé si tantos meses como los que llevamos esperando la sentencia, pero se le empiezan a aparecer.
¿Y por qué no la conocemos ya? Don Lorenzo del Río se quedaría tranquilo, y con él muchos ciudadanos que miran a la justicia con el “rabillo del ojo”, tal y como veía un gran árbitro almeriense las jugadas en los partidos de fútbol.
Pregunto a un técnico y me comenta que la nueva ley de malversación y malversadores que se piensa aprobar en el Congreso por los políticos puede venir muy bien para este caso y las personas afectadas. ¿Pueden ser absueltos de todos los delitos? Si no ha quedado claramente demostrado que se hayan beneficiado del dinero perdido en el ayuntamiento de El Ejido, se pueden beneficiar, efectivamente.
¡Está claro, este sí que es un país para sinvergüenzas!
Cualquier ciudadano, más que preocupado, diría que está avergonzado ante lo que ha venido ocurriendo con el tema de Juan Enciso, Pepe Alemán y cía, pero él no se atreve, y no lo entiende el personal. Se tardaron años en investigar, se dejó desde fiscalía que pasaran los meses, los años sin mover un papel, pero mientras en los despachos de la justicia se miraba hacía otro lado. Entonces no parecía preocupar.
¿Qué tiene el Caso Poniente que ha concitado tantos silencios a lo largos de los años por parte de los distintos poderes repartidos en nuestra sociedad? ¿Alguien nos lo podría explicar? Como no lo van a hacer, como no se van a atrever, piensen ustedes todo lo mal que quieran, y se quedaran cortos. Qué tejemanejes se han debido dar durante estos años entre los despachos de la justicia, madre del amor hermoso, que diría mi madre.
Tiene que haber tal maraña dentro que nos podemos encontrar este año, el próximo o dentro de veinte con una sentencia que nos avergüence a todos, y claro, ante la situación que se pueda vivir, ante la cara que se nos puede quedar a los ciudadanos, hay que seguir dando largas a la sentencia y preocupar al presidente del TSJA, don Lorenzo del Río.
¿Solo preocupar?
Le parece poco. Don Lorenzo está preocupado por el retraso y lo manifiesta, qué quiere usted que haga más.
Tampoco se ponga así, hombre de Dios, es que a uno le parece poco lo de “preocupar”, que lo mismo don Lorenzo podría poner el acento, no sé, en los culpables, que debe haberlos, digo yo, en los años que llevamos esperando una resolución al Caso Poniente, en la vergüenza que supone lo que llevamos esperando. Pero solo está preocupado el hombre. Vaya por Dios.
Parece que algunos poderes están empeñados en que nos olvidemos los años que llevamos esperando desde que Juan Enciso y Pepe Alemán traspasaron por unos días las puertas de la justicia, la sentencia sobre el caso.
La instrucción del caso llevó años y años. Cuando no tenían a quien echar la culpa de la lentitud, cuando no de la sistemática demora, siempre estaba a mano Hacienda para acusarla, y de paso a sus inspectores, de que no habían dado los informes solicitados en su día por la justicia. Y se esperaron los informes durante años y años. No sé si tantos meses como los que llevamos esperando la sentencia, pero se le empiezan a aparecer.
¿Y por qué no la conocemos ya? Don Lorenzo del Río se quedaría tranquilo, y con él muchos ciudadanos que miran a la justicia con el “rabillo del ojo”, tal y como veía un gran árbitro almeriense las jugadas en los partidos de fútbol.
Pregunto a un técnico y me comenta que la nueva ley de malversación y malversadores que se piensa aprobar en el Congreso por los políticos puede venir muy bien para este caso y las personas afectadas. ¿Pueden ser absueltos de todos los delitos? Si no ha quedado claramente demostrado que se hayan beneficiado del dinero perdido en el ayuntamiento de El Ejido, se pueden beneficiar, efectivamente.
¡Está claro, este sí que es un país para sinvergüenzas!