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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
Hace uno años se producía en la comunidad más grande de España un resultado electoral que no se esperaban los ciudadanos. Habían sido años, décadas de gobiernos del PSOE, y los andaluces parecían acostumbrados, como un signo contra el que no se podía luchar, a que los gobernantes de estas tierras fueran los socialistas, los nuevos señoritos andaluces, como se les llamaba en las barras de los bares y en las tertulias de los ciudadanos.
Un domingo, Andalucía se levantó socialista, como era la costumbre de años, pero por aquello de las urnas y de los votos se acostó de derechas, cuestión esta impensable para los eternos gobernantes e incluso para una oposición que no se veía con posibilidad de romper la hegemonía del PSOE. Los votos de PP, Cs y la colaboración de Vox, que fue la gran sorpresa de ese día, hicieron sonar una campana que llevaba casi cuarenta años sin volar por los campos de Andalucía.
Hubo lloros aquella noche de domingo. Lágrimas de alegría en una derecha que se veía cerca del poder tras cuarenta años, y de tristeza, pena y desesperación en los socialistas que veían cómo se perdía la Junta, como se dejaba a expensas de los populares una administración en la que ellos habían hecho y deshecho a lo largo de los últimos años su santa voluntad.
Susana Díaz lloraba por los rincones, sabía que se carrera política llegaba a su fin, que de no lograr ser de nuevo presidenta las cañas se le iban a volver lanzas entre su gente en Madrid, y que su jubilación estaba a la vuelta del deseo de un enemigo terrible que tenía dentro de su partido, Pedro Sánchez. Hoy Susana ha dejado de ser un referente en el socialismo andaluz. Y mientras la luz de la sultana trianera se apagaba, la luz de un malagueño, del que no se esperaban en aquellos años nada destacable, empezaba a emerger.
Juanma Moreno, conocido como el “mollete” malagueño, emergía como futura figura de la derecha. De su trabajo y de sus colaboradores dependía el que los años demostraran si los andaluces se habían equivocado al votar al PP, Cs y Vox, dejando en la cuneta a la casi eterna izquierda andaluza.
Han pasado casi cuatro largos años. Para unos llenos de ilusión y de trabajo, para otros la paralización de Andalucía y la demostración de que la derecha no tiene proyecto para esta tierra.
¿Y para el ciudadano de Almería?
¿Qué piensa el almeriense de estos casi cuatro años de gobierno del PP y Cs?
¿Qué ha cambiado, si es que ha cambiado algo?
¿En qué ha mejorado su vida y la de su familia?
En poco más de un mes será el momento de saberlo.
El malagueño se decidió y ya tenemos fecha para las elecciones, el domingo diecinueve de junio. Para unos partidos llega tarde, para otros temprano. A los ciudadanos no nos preocupaba demasiado la fecha, no nos va el sueldo en la misma, pero el resultado de los elecciones sí nos debe interesar, de esa votación puede depender nuestro futuro y el de nuestras familias.
Es tiempo de pensar y analizar, tiene un par de meses para ello, y, que usted lo haga bien.
Un domingo, Andalucía se levantó socialista, como era la costumbre de años, pero por aquello de las urnas y de los votos se acostó de derechas, cuestión esta impensable para los eternos gobernantes e incluso para una oposición que no se veía con posibilidad de romper la hegemonía del PSOE. Los votos de PP, Cs y la colaboración de Vox, que fue la gran sorpresa de ese día, hicieron sonar una campana que llevaba casi cuarenta años sin volar por los campos de Andalucía.
Hubo lloros aquella noche de domingo. Lágrimas de alegría en una derecha que se veía cerca del poder tras cuarenta años, y de tristeza, pena y desesperación en los socialistas que veían cómo se perdía la Junta, como se dejaba a expensas de los populares una administración en la que ellos habían hecho y deshecho a lo largo de los últimos años su santa voluntad.
Susana Díaz lloraba por los rincones, sabía que se carrera política llegaba a su fin, que de no lograr ser de nuevo presidenta las cañas se le iban a volver lanzas entre su gente en Madrid, y que su jubilación estaba a la vuelta del deseo de un enemigo terrible que tenía dentro de su partido, Pedro Sánchez. Hoy Susana ha dejado de ser un referente en el socialismo andaluz. Y mientras la luz de la sultana trianera se apagaba, la luz de un malagueño, del que no se esperaban en aquellos años nada destacable, empezaba a emerger.
Juanma Moreno, conocido como el “mollete” malagueño, emergía como futura figura de la derecha. De su trabajo y de sus colaboradores dependía el que los años demostraran si los andaluces se habían equivocado al votar al PP, Cs y Vox, dejando en la cuneta a la casi eterna izquierda andaluza.
Han pasado casi cuatro largos años. Para unos llenos de ilusión y de trabajo, para otros la paralización de Andalucía y la demostración de que la derecha no tiene proyecto para esta tierra.
¿Y para el ciudadano de Almería?
¿Qué piensa el almeriense de estos casi cuatro años de gobierno del PP y Cs?
¿Qué ha cambiado, si es que ha cambiado algo?
¿En qué ha mejorado su vida y la de su familia?
En poco más de un mes será el momento de saberlo.
El malagueño se decidió y ya tenemos fecha para las elecciones, el domingo diecinueve de junio. Para unos partidos llega tarde, para otros temprano. A los ciudadanos no nos preocupaba demasiado la fecha, no nos va el sueldo en la misma, pero el resultado de los elecciones sí nos debe interesar, de esa votación puede depender nuestro futuro y el de nuestras familias.
Es tiempo de pensar y analizar, tiene un par de meses para ello, y, que usted lo haga bien.