En dos semanas podrían haber llegado más de 300 inmigrantes solo a la zona del Levante
Imagen de archivo de la llegada de una patera a playa de San Juan de Los Terreros |
ALMERÍA HOY / 30·03·2021
La situación es caótica por falta de medios para responder a una avalancha de pateras a las costas de Almería desde inicios del mes de marzo. El SIVE avisa, pero no hay ni medios mecánicos ni humanos para responder a la llegada múltiple de pateras a las playas de San Juan de los Terreros, Pozo del Esparto, Villaricos, Carboneras; y en el Poniente, a playas de Adra y El Ejido. "La situación es dramática", nos apuntan desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Se sienten desbordados, sin medios humanos para "taponar" la masiva llegada de pateras y para poder dar respuesta al procedimiento administrativo que conlleva una detención múltiple de personas. La Cruz Roja, en la provincia de Almería, ha dejado de prestar servicio de apoyo en la mayoría de las intervenciones desde el inicio de la pandemia, y se producen situaciones en las que, en lugar de atender sobre un mismo campamento e identificar a todos los inmigrantes llegados, hay que trasladar hasta un cuartel a grupos amplios y proceder a dar un servicio muy difícil sin los medios adecuados. Por no hablar de lo que significa todo este proceso en una pandemia y sin ningún tipo de seguridad sanitaria para los intervinientes.
Existe una identificación, uno a uno, primero en un acuartelamiento de la Guardia Civil. El mismo proceso se produce después por la Policía Nacional. Luego se trasladan al centro de acogida que, normalmente está saturado, y finalmente son liberados 72 horas después sin ningún tipo de control. Hay una tensa situación, si se tiene en cuenta que los agentes no tienen ningún tipo de medio preventivo para protegerse de posibles contagios. No se hacen PCRs ni ningún otro tipo de prueba para saber en qué situación llegan estas personas, procedentes -en su mayoría- de Argelia y Marruecos. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles han pedido, en las últimas semanas, hasta 6 veces reunirse con el Subdelegado del Gobierno, pero no ha habido respuesta. La Guardia Civil se ve desbordada, y la situación es complicada, máxime con una pandemia azotando al mundo y de manera especialmente sensible a la provincia de Almería.
En las dos últimas semanas habrán llegado, sin datos ciertos por falta de medios para localizar a todos, unos 300 inmigrantes solo a la zona del Levante almeriense. "Ver grupos amplios de inmigrantes por Villaricos que aparecen de repente por sus calles es algo normalizado ya para los vecinos", nos apunta un representante de la AUGC. Llegan en patera y se mezclan por la población sin ningún tipo de control, en la mayoría de los casos. "El sistema no es capaz de absorver esta situación", nos dice. Las mafias que intervienen en el traslado en pateras son conscientes de los fallos del sistema, y lo utilizan a la perfección. La clave está en la avalancha, y por cribado, unos podrán ser localizados, pero una gran mayoría no. Es un drama humanitario al que, es evidente, las autoridades no dan respuesta, pero tampoco explicaciones. Esta situación se repite, y el foco mediático con el Covid, en una provincia como Almería con una tasa muy elevada, está puesto en el descontrol de la llegada de turistas a España o en fiestas ilegales. Desde la AUGC se preguntan, dado que no participa la Cruz Roja con sus campamentos en carpas en las interevenciones, porqué no se utilizan medios logísticos del Ejército para apoyar el trabajo y el esfuerzo que supone dar respuesta a esta situación. La subdelegación del Gobierno guarda silencio. Pero los datos existen, el SIVE, el sistema de vigilancia que dá los avisos y que localiza absolutamente todo lo que se mueve en el mar de Alborán y Mediterráneo da la alerta, aunque luego solo un mínimo porcentaje de estas pateras puedan ser interceptadas en la orilla.
Existe una identificación, uno a uno, primero en un acuartelamiento de la Guardia Civil. El mismo proceso se produce después por la Policía Nacional. Luego se trasladan al centro de acogida que, normalmente está saturado, y finalmente son liberados 72 horas después sin ningún tipo de control. Hay una tensa situación, si se tiene en cuenta que los agentes no tienen ningún tipo de medio preventivo para protegerse de posibles contagios. No se hacen PCRs ni ningún otro tipo de prueba para saber en qué situación llegan estas personas, procedentes -en su mayoría- de Argelia y Marruecos. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles han pedido, en las últimas semanas, hasta 6 veces reunirse con el Subdelegado del Gobierno, pero no ha habido respuesta. La Guardia Civil se ve desbordada, y la situación es complicada, máxime con una pandemia azotando al mundo y de manera especialmente sensible a la provincia de Almería.
En las dos últimas semanas habrán llegado, sin datos ciertos por falta de medios para localizar a todos, unos 300 inmigrantes solo a la zona del Levante almeriense. "Ver grupos amplios de inmigrantes por Villaricos que aparecen de repente por sus calles es algo normalizado ya para los vecinos", nos apunta un representante de la AUGC. Llegan en patera y se mezclan por la población sin ningún tipo de control, en la mayoría de los casos. "El sistema no es capaz de absorver esta situación", nos dice. Las mafias que intervienen en el traslado en pateras son conscientes de los fallos del sistema, y lo utilizan a la perfección. La clave está en la avalancha, y por cribado, unos podrán ser localizados, pero una gran mayoría no. Es un drama humanitario al que, es evidente, las autoridades no dan respuesta, pero tampoco explicaciones. Esta situación se repite, y el foco mediático con el Covid, en una provincia como Almería con una tasa muy elevada, está puesto en el descontrol de la llegada de turistas a España o en fiestas ilegales. Desde la AUGC se preguntan, dado que no participa la Cruz Roja con sus campamentos en carpas en las interevenciones, porqué no se utilizan medios logísticos del Ejército para apoyar el trabajo y el esfuerzo que supone dar respuesta a esta situación. La subdelegación del Gobierno guarda silencio. Pero los datos existen, el SIVE, el sistema de vigilancia que dá los avisos y que localiza absolutamente todo lo que se mueve en el mar de Alborán y Mediterráneo da la alerta, aunque luego solo un mínimo porcentaje de estas pateras puedan ser interceptadas en la orilla.