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MARIO SANZ CRUZ
Nuestra Pilar Quirosa-Cheyrouze se ha ido. Ha preferido habitar con las musas, en la ladera del mitológico Parnaso, que seguir en este injusto mundo.
El mismo día que empezaba la sesión de investidura en el nuevo y sorpresivo Parlamento Andaluz, ella se quitó de en medio y nos dejó huérfanos ante el nuevo horizonte cultural.
Siempre recordaré la primera vez que hablé con ella. Fue por teléfono. Mi compañero Antonio Zea había coincidido con Pilar en una comida y se habían puesto a hablar. Al descubrir que Antonio era farero, Pilar le dijo que estaba leyendo el libro de otro farero, que había sido presentado al Instituto de Estudios Almerienses, para su publicación, y ella era la encargada de hacer la valoración. Ni corto ni perezoso, Antonio marcó mi teléfono y me la pasó. En pocos minutos, empezó una amistad que duraría muchos años. A partir de ahí, la relación se hizo habitual. Presentó mi libro, me inoculó el gusanillo de la poesía, me llevó de la mano por los intrincados vericuetos de la cultura almeriense y compartimos numerosos actos y libros conjuntos.
Cuando empecé a volar por mi cuenta, se dejó involucrar en los proyectos que yo le proponía, que fueron muchos y variados.
Gracias a Pilar y sus numerosos contactos, disfrutamos durante años del Aula de Poesía que organizábamos en la Asociación Levantisca de Carboneras, y participó en “Con el mar de fondo - Relatos de Carboneras”; además de compartir muchas tardes de conversaciones, vinos y convivencia en la asociación o en las hogueras de San Juan.
No se perdía ninguno de los eventos poéticos que se han realizado en el faro de Mesa Roldán, donde le encantaba estar, como el Encuentro de Arte y poesía de Mujeres “Ars Visibilis”, el evento poético “Creación y transgresión”, los Encuentros Nacionales de las Artes y las Letras del Mediterráneo, ni nuestras fiestas particulares, que fueron muchas y muy divertidas. Entre los dos coordinamos el libro homenaje a los faros almerienses, en su 150 aniversario, “Lo demás es oscuridad”, en 2013. En el que contamos con la colaboración de 183 escritores y artistas.
Ha participado en todas las ediciones de las Jornadas Carboneras Literaria, promovidas por la editorial Playa de Ákaba, asistiendo como invitada a las mesas redonda, presentando sus libros o los de otros autores y recitando sus versos en los actos del castillo. Ha colaborado en todos los libros conjuntos que hemos editado para estas Jornadas: “Donde el mar se hace carbón y otros relatos de Carboneras”,“La narrativa tenía un precio”, “Por un puñado de poemas”, y el libro de cocina “Quiero comerme el mundo”. Pero todavía va a seguir presenteen las Jornadas de este año, ya que tiene un relato y un poema en dos libros que aún no han visto la luz, titulados“La banda sonora” y “Versos para bailar o no”, que se editarán en unos meses. Etc., etc., etc.
Si esto parece mucho, podéis imaginaros lo que Pilar ha trabajado en su vida, por la poesía y la cultura en general, multiplicando lo que yo os cuento por diez, por cien o por mil.
Quien deja buenos recuerdos, nunca desaparece.
Desde hace muchos años, los destellos del faro de Mesa Roldán han dejado de ser simples señales luminosas para los marinos, que no es poco. Gracias a Pilar, y a otros poetas hijos y amigos suyos, sus destellos son más poéticos, más románticos, son destellos de sensibilidad y de cultura. A los que quedamos nos toca administrar bien su herencia y que no se pierda.
Desde el faro, contemplo el afán de la espuma
y el oscuro manto de las algas
que abrazan estos farallones dormidos,
soledades en playas de lamidas conchas
que anuncian la blanca hora de los días.
El mismo día que empezaba la sesión de investidura en el nuevo y sorpresivo Parlamento Andaluz, ella se quitó de en medio y nos dejó huérfanos ante el nuevo horizonte cultural.
Siempre recordaré la primera vez que hablé con ella. Fue por teléfono. Mi compañero Antonio Zea había coincidido con Pilar en una comida y se habían puesto a hablar. Al descubrir que Antonio era farero, Pilar le dijo que estaba leyendo el libro de otro farero, que había sido presentado al Instituto de Estudios Almerienses, para su publicación, y ella era la encargada de hacer la valoración. Ni corto ni perezoso, Antonio marcó mi teléfono y me la pasó. En pocos minutos, empezó una amistad que duraría muchos años. A partir de ahí, la relación se hizo habitual. Presentó mi libro, me inoculó el gusanillo de la poesía, me llevó de la mano por los intrincados vericuetos de la cultura almeriense y compartimos numerosos actos y libros conjuntos.
Cuando empecé a volar por mi cuenta, se dejó involucrar en los proyectos que yo le proponía, que fueron muchos y variados.
Gracias a Pilar y sus numerosos contactos, disfrutamos durante años del Aula de Poesía que organizábamos en la Asociación Levantisca de Carboneras, y participó en “Con el mar de fondo - Relatos de Carboneras”; además de compartir muchas tardes de conversaciones, vinos y convivencia en la asociación o en las hogueras de San Juan.
No se perdía ninguno de los eventos poéticos que se han realizado en el faro de Mesa Roldán, donde le encantaba estar, como el Encuentro de Arte y poesía de Mujeres “Ars Visibilis”, el evento poético “Creación y transgresión”, los Encuentros Nacionales de las Artes y las Letras del Mediterráneo, ni nuestras fiestas particulares, que fueron muchas y muy divertidas. Entre los dos coordinamos el libro homenaje a los faros almerienses, en su 150 aniversario, “Lo demás es oscuridad”, en 2013. En el que contamos con la colaboración de 183 escritores y artistas.
Ha participado en todas las ediciones de las Jornadas Carboneras Literaria, promovidas por la editorial Playa de Ákaba, asistiendo como invitada a las mesas redonda, presentando sus libros o los de otros autores y recitando sus versos en los actos del castillo. Ha colaborado en todos los libros conjuntos que hemos editado para estas Jornadas: “Donde el mar se hace carbón y otros relatos de Carboneras”,“La narrativa tenía un precio”, “Por un puñado de poemas”, y el libro de cocina “Quiero comerme el mundo”. Pero todavía va a seguir presenteen las Jornadas de este año, ya que tiene un relato y un poema en dos libros que aún no han visto la luz, titulados“La banda sonora” y “Versos para bailar o no”, que se editarán en unos meses. Etc., etc., etc.
Si esto parece mucho, podéis imaginaros lo que Pilar ha trabajado en su vida, por la poesía y la cultura en general, multiplicando lo que yo os cuento por diez, por cien o por mil.
Quien deja buenos recuerdos, nunca desaparece.
Desde hace muchos años, los destellos del faro de Mesa Roldán han dejado de ser simples señales luminosas para los marinos, que no es poco. Gracias a Pilar, y a otros poetas hijos y amigos suyos, sus destellos son más poéticos, más románticos, son destellos de sensibilidad y de cultura. A los que quedamos nos toca administrar bien su herencia y que no se pierda.
Desde el faro, contemplo el afán de la espuma
y el oscuro manto de las algas
que abrazan estos farallones dormidos,
soledades en playas de lamidas conchas
que anuncian la blanca hora de los días.