Pasa el tiempo sin que ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de Almería se responsabilicen de estado de conservación, que hoy deja mucho que desear
Vista parcial de los torreones de Pescadería esta misma mañana. |
ALMERÍA HOY / 11·08·2017
Fue el pasado mes de enero cuando Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Almería protagonizaron el último episodio de «lanzamiento de pelota al tejado de al lado» con respecto a los torreones del barrio de Pescadería, a los pies de la Alcazaba. Ocho meses han transcurridos desde entonces sin que ni la Junta ni el Consistorio parezcan aclararse con respecto a la titularidad de unos torreones cada día más deteriorados por el paso del tiempo, el vandalismo y la total ausencia de mantenimiento.
Desde la asociación vecinal 'La Chanca-Pescadería a mucha honra' muestran su hartazgo cuando le preguntan por el tema. «Siguen las pintadas, y ninguno asume su propiedad. «La Junta dice que son del Ayuntamiento y la otra parte lo contrario», se lamentan desde un colectivo muy implicado en la puesta en valor del barrio más antiguo de Almería, algo que vienen haciendo sin ayuda de administración alguna, por ejemplo, con distintas visitas guiadas por los atractivos de la barriada.
Precisamente, a raíz de dichas visitas, aseguran que «miles de personas los ven con las visitas, y la vergüenza es mayúscula, y ni una reseña por parte de nadie de las administraciones», una situación, según apuntan, «igual que pasa con las canteras, ya demostrado que son del siglo X, y que sirvieron para crear La Alcazaba y, ni en los centros de interpretación ni en la propia Alcazaba hay una sola foto de ella, como si aún no existiera, no vaya hacer que la gente le dé por ir».
Cruces de acusaciones
Volviendo al pasado mes de enero, la polémica se inició cuando desde la Delegación de Cultura de la Junta se apuntó hacia el Ayuntamiento con el siguiente argumento: «Los técnicos de Cultura han comprobado que están documentadas numerosas reparaciones de la muralla de Poniente o de la rambla de la Chanca construida en el siglo X, y que se extendía desde la Torre de la Pólvora de la Alcazaba hasta la Torre del Tiro. Una vez que la ciudad de Almería dejó de ser considerada plaza fuerte y su sistema de fortificación resultaba innecesario, el gobierno autorizó el derribo de las murallas en la Real Orden de 26 de mayo de 1855», explicaban entonces desde el Gobierno andaluz, justificando así que los torreones no son su responsabilidad.
«Las condiciones de aquella demolición, recogidas en la Real Orden de 27 de agosto de ese mismo año, establecían —además de la conservación de los baluartes del puerto para su defensa— que la muralla pasaría al Ayuntamiento, que la derribaría a su costa quedándose en compensación con los materiales, mientras que los solares resultantes serían propiedad de la Hacienda Pública», indicaron entonces, algo que valió para recibir numerosas críticas no sólo desde el equipo de Gobierno municipal, sino incluso de grupos de la oposición como Izquierda Unida. Aquello fue, como decimos, en enero. Hoy, 10 de agosto, la vida sigue igual... sólo que con los torreones más deteriorados todavía.
Desde la asociación vecinal 'La Chanca-Pescadería a mucha honra' muestran su hartazgo cuando le preguntan por el tema. «Siguen las pintadas, y ninguno asume su propiedad. «La Junta dice que son del Ayuntamiento y la otra parte lo contrario», se lamentan desde un colectivo muy implicado en la puesta en valor del barrio más antiguo de Almería, algo que vienen haciendo sin ayuda de administración alguna, por ejemplo, con distintas visitas guiadas por los atractivos de la barriada.
Precisamente, a raíz de dichas visitas, aseguran que «miles de personas los ven con las visitas, y la vergüenza es mayúscula, y ni una reseña por parte de nadie de las administraciones», una situación, según apuntan, «igual que pasa con las canteras, ya demostrado que son del siglo X, y que sirvieron para crear La Alcazaba y, ni en los centros de interpretación ni en la propia Alcazaba hay una sola foto de ella, como si aún no existiera, no vaya hacer que la gente le dé por ir».
Cruces de acusaciones
Volviendo al pasado mes de enero, la polémica se inició cuando desde la Delegación de Cultura de la Junta se apuntó hacia el Ayuntamiento con el siguiente argumento: «Los técnicos de Cultura han comprobado que están documentadas numerosas reparaciones de la muralla de Poniente o de la rambla de la Chanca construida en el siglo X, y que se extendía desde la Torre de la Pólvora de la Alcazaba hasta la Torre del Tiro. Una vez que la ciudad de Almería dejó de ser considerada plaza fuerte y su sistema de fortificación resultaba innecesario, el gobierno autorizó el derribo de las murallas en la Real Orden de 26 de mayo de 1855», explicaban entonces desde el Gobierno andaluz, justificando así que los torreones no son su responsabilidad.
«Las condiciones de aquella demolición, recogidas en la Real Orden de 27 de agosto de ese mismo año, establecían —además de la conservación de los baluartes del puerto para su defensa— que la muralla pasaría al Ayuntamiento, que la derribaría a su costa quedándose en compensación con los materiales, mientras que los solares resultantes serían propiedad de la Hacienda Pública», indicaron entonces, algo que valió para recibir numerosas críticas no sólo desde el equipo de Gobierno municipal, sino incluso de grupos de la oposición como Izquierda Unida. Aquello fue, como decimos, en enero. Hoy, 10 de agosto, la vida sigue igual... sólo que con los torreones más deteriorados todavía.