El Gobierno chino quiere colarnos una imagen de apertura. ¡Las narices! Como en Venezuela, Cuba o la desaparecida URSS, en lugar de la libertad ha llegado la pasta para la mafia de retoños del Partido Comunista que han hecho negocio utilizando el Estado en régimen de monopolio. Mientras, bajo un manto de silencio absoluto, la represión va en aumento y cientos de presos políticos se pudren en los presidios. Esta es la realidad de una doctrina que ha arrasado naciones y algún que otro sicario con coleta quiere implantar en nuestro país
Acto de protesta por el encarcelamiento de Liu Xiaobo. // Europa Press |
DIEGO J. MARTÍNEZ
El fallecimiento del disidente Liu Xiaobo vuelve a poner de relieve la crueldad del régimen comunista chino. Tras un mes desahuciado a causa de un cáncer en fase avanzada, nos dejó este luchador de la libertad; sus verdugos no tuvieron siquiera el ápice de humanidad de permitirle abandonar el país para tratarse, haciendo caso omiso a la presión internacional.
Su delito fue reclamar un país libre para él y sus compatriotas a través de la famosa Carta 08, razón por la que la dictadura le recluyó en una infecta prisión desde 2009, lo que le convirtió en un referente de resistencia al pensamiento único comunista. Es por ello que Pekín pasó a considerarle su principal adversario político, impidiéndole acudir a recoger el Nobel de la Paz. La silla vacía que le representó en la ceremonia del prestigioso galardón evidenciaba la realidad de un régimen que pisotea los derechos humanos y silencia ferozmente todo atisbo de disidencia.
Dice Xiaobo en sus Elegías del 4 de Junio: «En realidad, la estancia en prisión para mí, para los activistas que trabajan contra un sistema autoritario, no es algo de lo que alardear, es un honor necesario al vivir a merced de un régimen inhumano, donde hay pocas opciones para los individuos excepto la resistencia. Puesto que la resistencia es una opción, la encarcelación es simplemente parte de esta elección: la inevitable vocación como traidores de un estado totalitario, así como un campesino debe ir al campo, o un estudiante debe leer libros. Puesto que la resistencia es una opción para descender a los infiernos, uno no debe quejarse de la oscuridad».
El Gobierno chino quiere colarnos una imagen de apertura. ¡Las narices! Como en Venezuela, Cuba o la desaparecida URSS, en lugar de la libertad ha llegado la pasta para la mafia de retoños del Partido Comunista que han hecho negocio utilizando el Estado en régimen de monopolio. Mientras, bajo un manto de silencio absoluto, la represión va en aumento y cientos de presos políticos se pudren en los presidios. Esta es la realidad de una doctrina que ha arrasado naciones y algún que otro sicario con coleta quiere implantar en nuestro país.
Para Pekín ha muerto un individuo que califica poco menos que de delincuente. Sin embargo, para la gente decente se ha ido un intelectual brillante que contó la verdad del comunismo chino, un héroe de la libertad. Descanse en paz.
Su delito fue reclamar un país libre para él y sus compatriotas a través de la famosa Carta 08, razón por la que la dictadura le recluyó en una infecta prisión desde 2009, lo que le convirtió en un referente de resistencia al pensamiento único comunista. Es por ello que Pekín pasó a considerarle su principal adversario político, impidiéndole acudir a recoger el Nobel de la Paz. La silla vacía que le representó en la ceremonia del prestigioso galardón evidenciaba la realidad de un régimen que pisotea los derechos humanos y silencia ferozmente todo atisbo de disidencia.
Dice Xiaobo en sus Elegías del 4 de Junio: «En realidad, la estancia en prisión para mí, para los activistas que trabajan contra un sistema autoritario, no es algo de lo que alardear, es un honor necesario al vivir a merced de un régimen inhumano, donde hay pocas opciones para los individuos excepto la resistencia. Puesto que la resistencia es una opción, la encarcelación es simplemente parte de esta elección: la inevitable vocación como traidores de un estado totalitario, así como un campesino debe ir al campo, o un estudiante debe leer libros. Puesto que la resistencia es una opción para descender a los infiernos, uno no debe quejarse de la oscuridad».
El Gobierno chino quiere colarnos una imagen de apertura. ¡Las narices! Como en Venezuela, Cuba o la desaparecida URSS, en lugar de la libertad ha llegado la pasta para la mafia de retoños del Partido Comunista que han hecho negocio utilizando el Estado en régimen de monopolio. Mientras, bajo un manto de silencio absoluto, la represión va en aumento y cientos de presos políticos se pudren en los presidios. Esta es la realidad de una doctrina que ha arrasado naciones y algún que otro sicario con coleta quiere implantar en nuestro país.
Para Pekín ha muerto un individuo que califica poco menos que de delincuente. Sin embargo, para la gente decente se ha ido un intelectual brillante que contó la verdad del comunismo chino, un héroe de la libertad. Descanse en paz.