El proyecto empleará el 60% del tiempo del telescopio y se extenderá hasta finales de 2019 con una posible renovación hasta 2021
Imagen remitida por el Observatorio Calar Alto. |
EUROPA PRESS / 18·05·2017
El observatorio astronómico de Calar Alto, ubicado en Gérgal y considerado el mayor observatorio astronómico de Europa continental, ha firmado un acuerdo con la Universidad de Pekín para el desarrollo, desde el telescopio de 2.2 metros, de un estudio intensivo de los agujeros negros supermasivos situados en la región central de las galaxias, que constituyen lo que se conoce como núcleos activos de galaxias y que se hallan entre los objetos más energéticos que existen en el universo.
El proyecto empleará el 60% del tiempo del telescopio y se extenderá hasta finales de 2019 con una posible renovación hasta 2021. En este sentido, «situará al observatorio en la vanguardia del estudio de los núcleos activos de galaxias y contribuirá a dotar de estabilidad presupuestaria a Calar Alto».
«La Universidad de Pekín se interesó en el observatorio de Calar Alto por la calidad de su cielo y de sus proyectos», ha explicado el director del observatorio, Jesús Aceituno. Calar Alto se ha especializado en la última década en el desarrollo de grandes sondeos astronómicos, como 'Califa' o 'Alhambra', que son «fundamentales para la astrofísica moderna».
Según Aceituno, «hoy nos encontramos con la experiencia suficiente para abordar este proyecto ambicioso y de largo recorrido, que nos ayudará a entender mejor estos gigantescos agujeros negros así como las implicaciones que tienen en cosmología».
Los núcleos activos de galaxias —o AGNs, su acrónimo en inglés— pueden emitir de forma continuada más de 100 veces la energía de todas las estrellas de la Vía Láctea. Su estructura consiste en un agujero negro, de hasta miles de millones de masas solares, rodeado de un disco de gas que lo alimenta y que, en su proceso de caída, libera gran cantidad de energía.
Aunque se conocen y estudian desde hace décadas, los núcleos activos presentan numerosas cuestiones aún no resueltas, entre ellas el proceso físico de caída de material hacia el agujero negro o la relación entre la evolución del mismo y la de su galaxia anfitriona.
El proyecto que se desarrollará en Calar Alto estudiará un tipo específico de núcleos activos, que muestran una tasa de acrecimiento, o de absorción de material del disco, especialmente elevada. «Estamos empleando el telescopio de 2,2 metros de Calar Alto para desarrollar un estudio intensivo de una muestra de unos 50 agujeros negro supermasivos que nos permitirá determinar sus propiedades fundamentales, entre ellas su masa», ha apuntado el investigador de la universidad de Pekín Jian-Min Wang.
El proyecto empleará el 60% del tiempo del telescopio y se extenderá hasta finales de 2019 con una posible renovación hasta 2021. En este sentido, «situará al observatorio en la vanguardia del estudio de los núcleos activos de galaxias y contribuirá a dotar de estabilidad presupuestaria a Calar Alto».
«La Universidad de Pekín se interesó en el observatorio de Calar Alto por la calidad de su cielo y de sus proyectos», ha explicado el director del observatorio, Jesús Aceituno. Calar Alto se ha especializado en la última década en el desarrollo de grandes sondeos astronómicos, como 'Califa' o 'Alhambra', que son «fundamentales para la astrofísica moderna».
Según Aceituno, «hoy nos encontramos con la experiencia suficiente para abordar este proyecto ambicioso y de largo recorrido, que nos ayudará a entender mejor estos gigantescos agujeros negros así como las implicaciones que tienen en cosmología».
Los núcleos activos de galaxias —o AGNs, su acrónimo en inglés— pueden emitir de forma continuada más de 100 veces la energía de todas las estrellas de la Vía Láctea. Su estructura consiste en un agujero negro, de hasta miles de millones de masas solares, rodeado de un disco de gas que lo alimenta y que, en su proceso de caída, libera gran cantidad de energía.
Aunque se conocen y estudian desde hace décadas, los núcleos activos presentan numerosas cuestiones aún no resueltas, entre ellas el proceso físico de caída de material hacia el agujero negro o la relación entre la evolución del mismo y la de su galaxia anfitriona.
El proyecto que se desarrollará en Calar Alto estudiará un tipo específico de núcleos activos, que muestran una tasa de acrecimiento, o de absorción de material del disco, especialmente elevada. «Estamos empleando el telescopio de 2,2 metros de Calar Alto para desarrollar un estudio intensivo de una muestra de unos 50 agujeros negro supermasivos que nos permitirá determinar sus propiedades fundamentales, entre ellas su masa», ha apuntado el investigador de la universidad de Pekín Jian-Min Wang.