El Consistorio maneja un anteproyecto sobre las posibilidades para hacer un mirador que otorgue una nueva perspectiva de la ciudad desde el mar
Fotomontaje del Cable Francés. |
EUROPA PRESS / 21·04·2017
El Ayuntamiento de Almería va a solicitar un estudio para evaluar el estado estructural del cargadero de mineral conocido como el Cable Francés para determinar el estado de los elementos que la componen tanto dentro como fuera del mar y ejecutar, en caso de que sea factible, una nuevo paseo-mirador de unos 300 metros de profundidad.
Fuentes municipales han indicado que el Consistorio prevé adjudicar próximamente a una empresa especializada el estudio de la estructura subacuática y exterior que se ubica frente al Parque de los Periodistas, para lo que prevé una partida de unos 15.000 euros IVA incluido.
El estudio prevé la inspección de los daños en la zona visible y en la zona sumergida mediante fotos, vídeos y un croquis. Igualmente, se precisará un test de catas para determinar daños en la armadura para conocer las condiciones de la estructura y ensayos mecánicos y físico-químicos sobre los elementos que la componen.
En este sentido, el estudio, que podría estar resuelto en unas ocho semanas una vez que sea adjudicado, conllevará la evaluación de los elementos de la estructura para conocer su capacidad de carga, ya que la pasarela deberá soportar el tránsito de decenas de personas conforme a la propuesta municipal para este nuevo espacio.
Cabe recordar que este elemento, símbolo del pasado minero de la provincia, era empleado para la carga de barcos con mineral gracias al transporte de carga mediante una cinta que lo comunicaba con el ya desaparecido silo ubicado frente a las vías del ferrocarril conocido como 'El Toblerone'.
El Ayuntamiento se ha propuesto ahora su recuperación, para lo que maneja un anteproyecto sobre las posibilidades para hacer un mirador que otorgue una nueva perspectiva de la ciudad desde el mar al tiempo que se conserve la estructura original.
En caso de que los estudios previos posibiliten la actuación, el Ayuntamiento tiene prevista una inversión de 700.000 euros para la urbanización de este espacio, que podría quedar dotado de iluminación, mobiliario urbano y elementos destinados al ocio. Por el momento, el Ayuntamiento ha mantenido ya contactos con la Autoridad Portuaria al respecto.
Más de un siglo de vida
La construcción del Cable Francés data del año 1916 y fue el resultado de un desacuerdo entre la compañía que comenzó a explotar las minas del Marquesado con la ya asentada compañía Alquife Mining, quienes, desde 1904 habían puesto en marcha una línea de transporte terrestre-marítima coordinando minería, ferrocarril y puerto.
En 1978 el Cable Francés redujo su visibilidad en la superficie de la ciudad al tiempo que aumentó su actividad. Para ello actualizaba su infraestructura, soterrando el transporte desde el silo de mineral de El Toblerone hasta el cargadero, ampliando su longitud a 312 metros y transformando "la cinta sin fin" aérea del embarcadero en una grúa móvil.
El Cable Francés estuvo en uso hasta 1996. Desde entonces, la inoperatividad del cargadero lo ha llevado a una deriva estática. Mientras el hierro de sus barandillas y subestructuras fue volatilizado para su aprovechamiento en otra industria, el hormigón armado de su base ha sido lentamente erosionado por el mar y el viento.
Se propone la recuperación del Cable Francés como espacio público para el uso y disfrute de la ciudad mediante el acondicionamiento de la construcción existente. La plataforma se adentra en el mar 313 metros hacia el sur y cinco metros sobre el nivel de mar. La propuesta plantea una franja central que permita la conexión visual mediante huecos o por la propia permeabilidad del suelo, alternando retículas metálicas y tarimas de madera.
Fuentes municipales han indicado que el Consistorio prevé adjudicar próximamente a una empresa especializada el estudio de la estructura subacuática y exterior que se ubica frente al Parque de los Periodistas, para lo que prevé una partida de unos 15.000 euros IVA incluido.
El estudio prevé la inspección de los daños en la zona visible y en la zona sumergida mediante fotos, vídeos y un croquis. Igualmente, se precisará un test de catas para determinar daños en la armadura para conocer las condiciones de la estructura y ensayos mecánicos y físico-químicos sobre los elementos que la componen.
En este sentido, el estudio, que podría estar resuelto en unas ocho semanas una vez que sea adjudicado, conllevará la evaluación de los elementos de la estructura para conocer su capacidad de carga, ya que la pasarela deberá soportar el tránsito de decenas de personas conforme a la propuesta municipal para este nuevo espacio.
Cabe recordar que este elemento, símbolo del pasado minero de la provincia, era empleado para la carga de barcos con mineral gracias al transporte de carga mediante una cinta que lo comunicaba con el ya desaparecido silo ubicado frente a las vías del ferrocarril conocido como 'El Toblerone'.
El Ayuntamiento se ha propuesto ahora su recuperación, para lo que maneja un anteproyecto sobre las posibilidades para hacer un mirador que otorgue una nueva perspectiva de la ciudad desde el mar al tiempo que se conserve la estructura original.
En caso de que los estudios previos posibiliten la actuación, el Ayuntamiento tiene prevista una inversión de 700.000 euros para la urbanización de este espacio, que podría quedar dotado de iluminación, mobiliario urbano y elementos destinados al ocio. Por el momento, el Ayuntamiento ha mantenido ya contactos con la Autoridad Portuaria al respecto.
Más de un siglo de vida
La construcción del Cable Francés data del año 1916 y fue el resultado de un desacuerdo entre la compañía que comenzó a explotar las minas del Marquesado con la ya asentada compañía Alquife Mining, quienes, desde 1904 habían puesto en marcha una línea de transporte terrestre-marítima coordinando minería, ferrocarril y puerto.
En 1978 el Cable Francés redujo su visibilidad en la superficie de la ciudad al tiempo que aumentó su actividad. Para ello actualizaba su infraestructura, soterrando el transporte desde el silo de mineral de El Toblerone hasta el cargadero, ampliando su longitud a 312 metros y transformando "la cinta sin fin" aérea del embarcadero en una grúa móvil.
El Cable Francés estuvo en uso hasta 1996. Desde entonces, la inoperatividad del cargadero lo ha llevado a una deriva estática. Mientras el hierro de sus barandillas y subestructuras fue volatilizado para su aprovechamiento en otra industria, el hormigón armado de su base ha sido lentamente erosionado por el mar y el viento.
Se propone la recuperación del Cable Francés como espacio público para el uso y disfrute de la ciudad mediante el acondicionamiento de la construcción existente. La plataforma se adentra en el mar 313 metros hacia el sur y cinco metros sobre el nivel de mar. La propuesta plantea una franja central que permita la conexión visual mediante huecos o por la propia permeabilidad del suelo, alternando retículas metálicas y tarimas de madera.