Poco que objetar al viaje a Bruselas de la Mesa del Ferrocarril. Lo que sí me escama es la presencia de cargos políticos en dicho viaje. En concreto, se embarcan en la gira europea de la Mesa miembros de PSOE e Izquierda Unida. ¿Qué pintan ellos ahí? La respuesta, que diría Bob Dylan, está flotando en el viento, y suena a algo tan viejo como la foto de turno
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| Políticos almerienses en una manifestación por un tren mejor junto a una elocuente pancarta. // Imagen: Pablo Requena |
PABLO REQUENA
No creo que haya nadie en toda la provincia a quien le parezcan injustificadas las peticiones de la Mesa, que no sólo se ciñen a la ansiada llegada de la Alta Velocidad —todavía sin fecha clara a la espera de que el ministro visite Almería el 3 de abril y calme los ánimos con alguna clase de anuncio 'diazepan'—; también se reclama un tren adaptado para minusválidos prometido por Renfe, pero que tampoco ha llegado aún, sin olvidar la línea Almería-Madrid, que acaba de sumar otros veinte minutos a un trayecto de por sí inaguantable en un tren de cuando Franco era mozo.
Por tanto, poco que objetar al viaje a Bruselas de la Mesa del Ferrocarril. Lo que sí me escama es la presencia de cargos políticos en dicho viaje. En concreto, se embarcan en la gira europea de la Mesa miembros de PSOE e Izquierda Unida. ¿Qué pintan ellos ahí? La respuesta, que diría Bob Dylan, está flotando en el viento, y suena a algo tan viejo como la foto de turno.
También podría citar al malhablado de 'Coleta Morada' para señalar que «me la bufa» de qué partidos sean los susodichos; opino que el protagonismo de la Mesa del Ferrocarril, a pesar de estar compuesta en parte por PP, PSOE, IU y C's —creo que no me dejo a ninguno— debe correr siempre a cuenta de la denominada sociedad civil, máxime cuando la sociedad almeriense ha sido tildada tantas veces de pasota.
Tratando de encontrar argumentos que justifiquen la presencia de estos políticos en el viaje a Bruselas, me sobreviene ése que apunta a que pueden abrir puertas en el Parlamento europeo, donde ambas formaciones tienen representantes. Aunque, cuando lo pienso un poco más, termino resolviendo que esas puertas están abiertas desde que una europarlamentaria —precisamente del PSOE— invitara a la Mesa a acudir a la capital europea. Por lo tanto, el recibimiento lo tienen asegurado de antemano.
Precisamente, cuando se anunció el recibimiento de esa invitación, el portavoz de la Mesa apuntó que aprobarían un grupo de trabajo compuesto por técnicos, juristas y economistas, que se encargarían de acudir a Bruselas y exponer lo actuado hasta el momento y las reivindicaciones. Se le olvidó mencionar —o quizá sí lo hizo y a mí se me pasó— que también se apuntaban políticos a la excursión europea.
Además, la agenda de trabajo está cerrada: hay una reunión con el presidente de la delegación socialista española, Ramón Jáuregui, y con el secretario general del mismo grupo, Sergio Gutiérrez. Tras atender a los medios, se mantiene una reunión con los parlamentarios españoles y un almuerzo de trabajo, para posteriormente, encontrarse con un representante de la Agencia Ejecutiva de Innovación y Redes (INEA). Luego hay una cita con el presidente de la sección TEN del Comité Económico y Social, Pierre Jean Coulon, para finalizar con la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, Clara Aguilera, que es la misma europarlamentaria que ha invitado a la Mesa a Bruselas.
Todo eso es sólo la agenda del martes. Luego queda la miércoles, que arrancará con una reunión con el jefe de Unidad de Redes Transeuropeas, responsable de España, en la Comisión Europea y un miembro de la Reper española, Carlo de Grandis, de forma que, posteriormente la Mesa concluirá su agenda con una reunión con Inés Ayala, miembro de la Comisión de Transportes y Turismo de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europeo. Insisto: ¿qué pintan los políticos almerienses en todos estos encuentros? ¿Son imprescindibles, o van para hacer bulto?
En cualquier caso, mis mejores deseos para la Mesa del Ferrocarril; quiero de todo corazón que sus ruegos sean escuchados y, sobre todo, atendidos. He sido usuario frecuente de la línea Almería-Madrid durante años, y a Dios pongo por testigo que no le deseo nada parecido ni a mi peor enemigo. Por otro lado, el desarrollo económico y social de Almería nunca estará completo mientras no llegue el AVE. Así que lo dicho; mucha suerte con vuestras justas reivindicaciones, que Almería dé pasos firmes para dejar de ser la «cenicienta» española en cuanto a infraestructuras ferroviarias, y si alguno de esos políticos que os acompañan consiguen algo más que hacerse un par de selfies, será una grata sorpresa.
