Las bondades de la competencia en el puerto de Almería

De este aumento de la afluencia de público también se benefician las empresas de servicios auxiliares presentes en la terminal marítima: cafetería, restaurante, supermercado, tienda dutyfree, etc.



FRAN NARBONA / 09·07·2016

Desde que la compañía Acciona Trasmediterránea quedara como única naviera operativa en el puerto de Almería, la alternativa para cruzar el Mediterráneo en ferry se encontraba en Motril —para ir a Nador y Melilla— o era inexistente —en el caso de Ghazaouet y Orán—. En la presente OPE (Operación Paso del Estrecho) se ha puesto en marcha una nueva naviera —Armas— que realiza trayectos a Melilla y Nador. La competencia vuelve al puerto almeriense, y los efectos no han tardado en llegar.

El primer gran efecto ha sido el aumento del empleo. Armas ha contratado para esta OPE a más de una decena de personas para atender al público en ventanilla y realizar las tareas de operaciones. Esta circunstancia, añadida al gran aumento de plantilla de Acciona Trasmediterránea suponen una gran noticia.

Los pasajeros que acudan a la terminal marítima también encontrarán una importante novedad. La competencia entre Trasmediterránea y Armas ha provocado un descenso de precios del 20%. En la línea Almería-Nador, por ejemplo, la cantidad de pasajeros ha aumentado en este comienzo de OPE más de un 70%. No sólo por el aumento de trayectos y la competencia directa entre las navieras operadoras, la mejora de la competitividad de ambas respecto de otros medios de transporte como el avión es otro factor a tener en cuenta.

De este aumento de la afluencia de público también se benefician las empresas de servicios auxiliares presentes en la terminal marítima: cafetería, restaurante, supermercado, tienda dutyfree, etc. La facturación de estas empresas recibirá el correspondiente impulso. Mucho debería cambiar la tendencia para que este no sea un verano muy positivo en el Puerto de Almería.

Como muestra este ejemplo real y cercano, la competencia empresarial es beneficiosa en general, y para el cliente en particular. En pleno siglo XXI, mantener sectores regulados es un anacronismo que crea barreras irracionales a la competencia perjudicándonos a todos. Liberalicemos nuestra economía, el círculo virtuoso de la competitividad es sinónimo de prosperidad y bienestar.