Emplaza a las partes implicadas para que se personen en los autos ante la presunta apropiación de fondos anticipados para la compra de sellos por parte de un funcionario de la Universidad
Edificio de gobierno y paraninfo de la Universidad de Almería. |
EUROPA PRESS / 06·06·2016
El Tribunal de Cuentas ha abierto procedimiento de reintegro por alcance para investigar el posible descubierto producido en los fondos públicos de la Universidad de Almería (UAL) por importe global de 241.128,29 euros como consecuencia de la presunta apropiación de fondos anticipados para la compra de sellos por parte del funcionario que estaba encargado de la citada compra.
En una providencia dictada el 23 de mayo, la Sección de Enjuiciamiento anuncia los hechos, supuestamente motivadores de la responsabilidad contable, que se extiende entre los años 2003 y 2015, y emplaza a las partes implicadas en el caso para que se personen en los autos y digan si mantienen o se oponen a la demanda en un plazo de nueve días, según han informado fuentes del órgano.
Cabe recordar que, paralelamente, se siguen ante el Juzgado de Instrucción 3 de Almería diligencias previas por presuntos delitos de apropiación indebida, malversación de caudales públicos y falsedad contra el funcionario, ya cesado, F.J.C.F., quien prestó declaración en abril en sede judicial ante la jueza Ana Belén Vico, encargada de la investigación por vía penal después de que la Fiscalía interpusiera una denuncia contra él a raíz de los hechos que puso en su conocimiento la propia institución académica.
También prestaron declaración, en calidad de testigos, dos jefes de servicio de la UAL ante quienes el investigado habría «admitido» el supuesto desfalco después de que ellos le interpelasen sobre el «descuadre económico» encontrado en la compra de sellos.
Fue la propia UAL la que puso en conocimiento del Ministerio Fiscal, en septiembre del pasado año, las conclusiones de una investigación reservada que se inició en un cotejo de datos realizado por la Unidad de Contratación, de Patrimonio y de Servicios Comunes sobre el volumen de compras a proveedores con el objetivo de «reducir costes» y coincidiendo con el inicio del mandato del nuevo rector, Carmelo Rodríguez.
La Universidad detectó un primer «desajuste económico» en el ejercicio 2014 entre la contabilidad y el expediente de contratación con la Sociedad Estatal de Correos por un importe, en principio, superior a los 31.000 euros.
A partir de ahí, y tras entrevistar al supuesto responsable, la información reservada se remontó hasta el año 2002 y, tras revisar los datos, se habrían constatado «discrepancias» a partir del año 2003 que, en total, habrían dado lugar a «un desajuste por importe de 240.445 euros».
Presunta falsificación de facturas
Asimismo, la investigación de la UAL habría revelado que el funcionario supuestamente se «apropiaba» del importe de los «anticipos para la compra de sellos obtenidos cada 15 días» y que, además, habría podido «falsificar las facturas que se entregan como justificante» ya que se «observó la ausencia de requisitos necesarios para ser consideradas válidas».
La Fiscalía acordó formular denuncia y pedir la incoación de procedimiento penal al apreciar, sin perjuicio de una más depurada calificación en su momento procesal oportuno, que los hechos comunicados por la Universidad de Almería podrían suponer un presunto delito de malversación de caudales públicos y un supuesto delito de falsedad en documento oficial.
La UAL, además de incoar expediente disciplinario por presuntas faltas graves y comunicar las conclusiones a las que llegó en el trámite de información reservada, puso en conocimiento del Tribunal de Cuentas y de la Cámara de Cuentas de Andalucía los hechos «por los perjuicios causados a los fondos públicos universitarios».
En una providencia dictada el 23 de mayo, la Sección de Enjuiciamiento anuncia los hechos, supuestamente motivadores de la responsabilidad contable, que se extiende entre los años 2003 y 2015, y emplaza a las partes implicadas en el caso para que se personen en los autos y digan si mantienen o se oponen a la demanda en un plazo de nueve días, según han informado fuentes del órgano.
Cabe recordar que, paralelamente, se siguen ante el Juzgado de Instrucción 3 de Almería diligencias previas por presuntos delitos de apropiación indebida, malversación de caudales públicos y falsedad contra el funcionario, ya cesado, F.J.C.F., quien prestó declaración en abril en sede judicial ante la jueza Ana Belén Vico, encargada de la investigación por vía penal después de que la Fiscalía interpusiera una denuncia contra él a raíz de los hechos que puso en su conocimiento la propia institución académica.
También prestaron declaración, en calidad de testigos, dos jefes de servicio de la UAL ante quienes el investigado habría «admitido» el supuesto desfalco después de que ellos le interpelasen sobre el «descuadre económico» encontrado en la compra de sellos.
Fue la propia UAL la que puso en conocimiento del Ministerio Fiscal, en septiembre del pasado año, las conclusiones de una investigación reservada que se inició en un cotejo de datos realizado por la Unidad de Contratación, de Patrimonio y de Servicios Comunes sobre el volumen de compras a proveedores con el objetivo de «reducir costes» y coincidiendo con el inicio del mandato del nuevo rector, Carmelo Rodríguez.
La Universidad detectó un primer «desajuste económico» en el ejercicio 2014 entre la contabilidad y el expediente de contratación con la Sociedad Estatal de Correos por un importe, en principio, superior a los 31.000 euros.
A partir de ahí, y tras entrevistar al supuesto responsable, la información reservada se remontó hasta el año 2002 y, tras revisar los datos, se habrían constatado «discrepancias» a partir del año 2003 que, en total, habrían dado lugar a «un desajuste por importe de 240.445 euros».
Presunta falsificación de facturas
Asimismo, la investigación de la UAL habría revelado que el funcionario supuestamente se «apropiaba» del importe de los «anticipos para la compra de sellos obtenidos cada 15 días» y que, además, habría podido «falsificar las facturas que se entregan como justificante» ya que se «observó la ausencia de requisitos necesarios para ser consideradas válidas».
La Fiscalía acordó formular denuncia y pedir la incoación de procedimiento penal al apreciar, sin perjuicio de una más depurada calificación en su momento procesal oportuno, que los hechos comunicados por la Universidad de Almería podrían suponer un presunto delito de malversación de caudales públicos y un supuesto delito de falsedad en documento oficial.
La UAL, además de incoar expediente disciplinario por presuntas faltas graves y comunicar las conclusiones a las que llegó en el trámite de información reservada, puso en conocimiento del Tribunal de Cuentas y de la Cámara de Cuentas de Andalucía los hechos «por los perjuicios causados a los fondos públicos universitarios».