Hamid D., que está siendo juzgado por un jurado popular, asestó 33 puñaladas a Carmen M.C. tras haberla «visto entrar con un hombre en su casa»
EUROPA PRESS / 29·06·2016
Hamid D., procesado por la muerte a puñaladas y con ensañamiento de su expareja María del Carmen M.C. en agosto de 2014 en Berja, ha dicho ante el jurado popular que le enjuicia que estaba «muy enfadado y celoso» tras haberla «visto entrar con un hombre en su casa» y que, cuando, después de esto, acudió al domicilio de la víctima con un cuchillo, «quería asustarles para que no mantuvieran una relación».
«Estaba muy nervioso, quería prohibirles que lo hicieran y, cuando ella me abrió la puerta y le pregunté por qué me haces sufrir, empezó a mentirme diciéndome que no me estaba haciendo nada y que no había nadie. Saqué el cuchillo y se lo clavé, pero no tenía razonamiento ni medí hasta dónde iba a llegar. No sabía qué estaba haciendo, no sentía nada, no veía, todo era blanco», ha contestado a preguntas del fiscal.
Hamid D., quien ha declarado con la ayuda de un intérprete, ha reconocido que tenía un orden de alejamiento en vigor en el momento de los hechos, que se produjeron en plenas fiestas patronales de Berja, pero que, en ese momento, «no le importó» y ha manifestado que su empeño en retomar la relación con ella, rota un mes antes de que se produjese el presunto asesinato del que se le acusa, se debía a que «la quería mucho».
«Rompí la relación porque la vi con otro hombre y era celoso porque la quería mucho. Éramos novios y nos íbamos a casar», ha trasladado el acusado, quien ha indicado, por otro lado, que la noche en la que cometió el crimen había «estado bebiendo bastante cantidad de cerveza y whisky». «Antes tomaba de vez en cuando pero cuando pasó esto, la ruptura, empecé a exagerar tomando alcohol todos los días».
En el interrogatorio del representante del Ministerio Público, ha insistido en que existía «buena relación» entre él y la familia de la víctima, que ella lo presentaba como un amigo «porque no quería decir nada de que éramos novios hasta que la boda estuviera organizada», y que «nunca» la amenazó «porque la quería mucho». «Lo único que le decía es que le iba a contar a su hijo lo que hacía con otros hombres».
A preguntas de la letrada de la acusación particular, quien ha realizado un extenso desglose en sala del «acoso» al que Hamid D. habría sometido a María del Carmen M.C. y que dio lugar a la orden de alejamiento y a una condena a seis días de localización permanente por quebrarla, el procesado ha justificado de nuevo su comportamiento en que la «quería mucho» aunque, según ha asegurado, «ella jugaba conmigo, me prometía cosas, me trataba como a un niño y yo le seguía el juego».
Ha insistido, al hilo de esto, en que, cuando cogió el arma homicida, lo hizo «pensando que los iba a asustar» pero que, al llegar a la casa y «oír la voz de un hombre, ya no vi absolutamente nada».
Amenazas de muerte previas
«No tenía conciencia, todo lo veía en blanco, y no fue hasta días después que razoné lo que había hecho. Lo hice porque estaba superenfadado. Iba a asustar para que no hubiera relación entre los dos, no a matar», ha relatado Hamid D., quien ha afirmado que María del Carmen M.C. se «defendió» de las 33 puñaladas que le propinó y «forcejeó mientras gritaba policía».
La letrada que representa a la familia le ha recordado, no obstante, una sentencia en firme en la que se recogía que había amenazado a la víctima diciéndole: «puta zorra, te vas a acordar de mí, en mi país cuando un hombre se casa y la mujer hace lo que haces, se mata y no pasa nada. No le tengo miedo a la policía», manifestaciones que él ha negado pese a estar recogidas en un fallo judicial, como también ha rechazado que la relación entre ambos estuviese acabada. «De mi parte nunca terminó esa relación porque yo la respetaba y hacía todo lo que me pedía», ha concluido.
Hamid D., a quien no se le aplica el nuevo Código Penal, se enfrenta a la pena de 23 años de prisión como presunto autor de un delito de asesinato, además de a diez meses de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena y otros 24 meses de prisión por dos delitos de amenazas ya que supuestamente después del crimen llamó a una de las primas de la víctima, le contó lo que había hecho y le dijo que ahora «iba a por ella». Al margen de la pena privativa de libertad, el Ministerio Público pide una indemnización de 120.000 euros.
Por su parte, la acusación particular pide para el procesado la pena máxima prevista en el Código Penal por el delito de asesinato, 25 años de cárcel, mientras que la Junta de Andalucía, que ejerce la acusación popular, interesa 22 años de prisión. Por el delito de quebrantamiento pide 22 meses de cárcel mientras que por cada una de las amenazas solicita dos años de prisión.
Defensa
Por su parte, la defensa de Hamid D., que dirige el letrado José Ramón Cantalejo, sostiene que su patrocinado actuó bajo los efectos «de los celos» y pide que se le aplique la eximente completa de obcecación, arrebato o trastorno mental transitorio y, por tanto, que se dicte la libre absolución.
Subsidiariamente, en caso de apreciarse una atenuante de arrebato, obcecación, estado pasional o intoxicación etílica, solicita que se le imponga por un delito de homicidio la pena de 12 años y cinco meses de prisión mientras que, en caso de apreciarse dos atenuantes de las alegadas, pide la pena de cinco años de prisión, con abono del tiempo de prisión soportado por esta causa.
Investigación del Defensor del Pueblo
Cabe recordar que el crimen y las circunstancias que lo rodearon se analizó en sede parlamentaria y derivó en una investigación, al margen de la vía penal, por parte de la Oficina del Defensor del Pueblo en aras de revisar los mecanismos de protección a víctimas de violencia de género ya que, en este caso, el sistema de seguimiento integral del Ministerio del Interior, sistema conocido como Viogen, no apreció evidencias de riesgo para María del Carmen M.C.
En concreto, Hamid D. habría quebrantado la orden de alejamiento en vigor que pesaba sobre él para causar la muerte a su expareja apenas horas después de que terminase de cumplir arresto domiciliario por haber violentado anteriormente esa misma orden.
El informe definitivo de autopsia que reveló que la víctima sufrió «33 heridas por arma blanca» y que murió como consecuencia de un shock hemorrágico. Los forenses indicaron que diez de las lesiones suponían «riesgo vital» pero que solo una de ellas «podía» llegar a ser «mortal de necesidad», al tiempo que concluyeron que, en su «conjunto», tuvieron un «efecto sumatorio de forma que todas, en mayor o menor medida, contribuyeron al efecto de sangrado que condujo finalmente al fallecimiento de la víctima».
Hamid D. fue detenido tras darse a la fuga y permanecer en paradero desconocido durante 24 horas en un cortijo del municipio vecino de Dalías.
«Estaba muy nervioso, quería prohibirles que lo hicieran y, cuando ella me abrió la puerta y le pregunté por qué me haces sufrir, empezó a mentirme diciéndome que no me estaba haciendo nada y que no había nadie. Saqué el cuchillo y se lo clavé, pero no tenía razonamiento ni medí hasta dónde iba a llegar. No sabía qué estaba haciendo, no sentía nada, no veía, todo era blanco», ha contestado a preguntas del fiscal.
Hamid D., quien ha declarado con la ayuda de un intérprete, ha reconocido que tenía un orden de alejamiento en vigor en el momento de los hechos, que se produjeron en plenas fiestas patronales de Berja, pero que, en ese momento, «no le importó» y ha manifestado que su empeño en retomar la relación con ella, rota un mes antes de que se produjese el presunto asesinato del que se le acusa, se debía a que «la quería mucho».
«Rompí la relación porque la vi con otro hombre y era celoso porque la quería mucho. Éramos novios y nos íbamos a casar», ha trasladado el acusado, quien ha indicado, por otro lado, que la noche en la que cometió el crimen había «estado bebiendo bastante cantidad de cerveza y whisky». «Antes tomaba de vez en cuando pero cuando pasó esto, la ruptura, empecé a exagerar tomando alcohol todos los días».
En el interrogatorio del representante del Ministerio Público, ha insistido en que existía «buena relación» entre él y la familia de la víctima, que ella lo presentaba como un amigo «porque no quería decir nada de que éramos novios hasta que la boda estuviera organizada», y que «nunca» la amenazó «porque la quería mucho». «Lo único que le decía es que le iba a contar a su hijo lo que hacía con otros hombres».
A preguntas de la letrada de la acusación particular, quien ha realizado un extenso desglose en sala del «acoso» al que Hamid D. habría sometido a María del Carmen M.C. y que dio lugar a la orden de alejamiento y a una condena a seis días de localización permanente por quebrarla, el procesado ha justificado de nuevo su comportamiento en que la «quería mucho» aunque, según ha asegurado, «ella jugaba conmigo, me prometía cosas, me trataba como a un niño y yo le seguía el juego».
Ha insistido, al hilo de esto, en que, cuando cogió el arma homicida, lo hizo «pensando que los iba a asustar» pero que, al llegar a la casa y «oír la voz de un hombre, ya no vi absolutamente nada».
Amenazas de muerte previas
«No tenía conciencia, todo lo veía en blanco, y no fue hasta días después que razoné lo que había hecho. Lo hice porque estaba superenfadado. Iba a asustar para que no hubiera relación entre los dos, no a matar», ha relatado Hamid D., quien ha afirmado que María del Carmen M.C. se «defendió» de las 33 puñaladas que le propinó y «forcejeó mientras gritaba policía».
La letrada que representa a la familia le ha recordado, no obstante, una sentencia en firme en la que se recogía que había amenazado a la víctima diciéndole: «puta zorra, te vas a acordar de mí, en mi país cuando un hombre se casa y la mujer hace lo que haces, se mata y no pasa nada. No le tengo miedo a la policía», manifestaciones que él ha negado pese a estar recogidas en un fallo judicial, como también ha rechazado que la relación entre ambos estuviese acabada. «De mi parte nunca terminó esa relación porque yo la respetaba y hacía todo lo que me pedía», ha concluido.
Hamid D., a quien no se le aplica el nuevo Código Penal, se enfrenta a la pena de 23 años de prisión como presunto autor de un delito de asesinato, además de a diez meses de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena y otros 24 meses de prisión por dos delitos de amenazas ya que supuestamente después del crimen llamó a una de las primas de la víctima, le contó lo que había hecho y le dijo que ahora «iba a por ella». Al margen de la pena privativa de libertad, el Ministerio Público pide una indemnización de 120.000 euros.
Por su parte, la acusación particular pide para el procesado la pena máxima prevista en el Código Penal por el delito de asesinato, 25 años de cárcel, mientras que la Junta de Andalucía, que ejerce la acusación popular, interesa 22 años de prisión. Por el delito de quebrantamiento pide 22 meses de cárcel mientras que por cada una de las amenazas solicita dos años de prisión.
Defensa
Por su parte, la defensa de Hamid D., que dirige el letrado José Ramón Cantalejo, sostiene que su patrocinado actuó bajo los efectos «de los celos» y pide que se le aplique la eximente completa de obcecación, arrebato o trastorno mental transitorio y, por tanto, que se dicte la libre absolución.
Subsidiariamente, en caso de apreciarse una atenuante de arrebato, obcecación, estado pasional o intoxicación etílica, solicita que se le imponga por un delito de homicidio la pena de 12 años y cinco meses de prisión mientras que, en caso de apreciarse dos atenuantes de las alegadas, pide la pena de cinco años de prisión, con abono del tiempo de prisión soportado por esta causa.
Investigación del Defensor del Pueblo
Cabe recordar que el crimen y las circunstancias que lo rodearon se analizó en sede parlamentaria y derivó en una investigación, al margen de la vía penal, por parte de la Oficina del Defensor del Pueblo en aras de revisar los mecanismos de protección a víctimas de violencia de género ya que, en este caso, el sistema de seguimiento integral del Ministerio del Interior, sistema conocido como Viogen, no apreció evidencias de riesgo para María del Carmen M.C.
En concreto, Hamid D. habría quebrantado la orden de alejamiento en vigor que pesaba sobre él para causar la muerte a su expareja apenas horas después de que terminase de cumplir arresto domiciliario por haber violentado anteriormente esa misma orden.
El informe definitivo de autopsia que reveló que la víctima sufrió «33 heridas por arma blanca» y que murió como consecuencia de un shock hemorrágico. Los forenses indicaron que diez de las lesiones suponían «riesgo vital» pero que solo una de ellas «podía» llegar a ser «mortal de necesidad», al tiempo que concluyeron que, en su «conjunto», tuvieron un «efecto sumatorio de forma que todas, en mayor o menor medida, contribuyeron al efecto de sangrado que condujo finalmente al fallecimiento de la víctima».
Hamid D. fue detenido tras darse a la fuga y permanecer en paradero desconocido durante 24 horas en un cortijo del municipio vecino de Dalías.