Moya niega la agresión sexual a la madre del bebé de 16 meses que asesinó en 2012

El acusado, condenado a más de 23 años de prisión por el crimen de la menor, ha asegurado que «no tenía cuerpo para eso» y ha rechazado que maniatase a Gema Cuerda para violarla


Moya ha llegado a la Audiencia Provincial escoltado por la policía y con el rostro tapado con un pasamontañas.

EUROPA PRESS / 16·05·2016

Jonathan Moya, condenado a 23 años y siete meses de prisión por el crimen de un bebé de 16 meses de Palma del Condado (Huelva), ha negado que agrediese sexualmente a la madre de la niña momentos antes de secuestrarla o que mantuviese relaciones sexuales con ella durante las más de 48 horas en las que estuvieron deambulando en su vehículo por carreteras secundarias y parajes rurales.

«Yo no tenía cuerpo para eso. No hubo relaciones desde que ella vino a Almería porque la situación que había no era para eso», ha afirmado este lunes, al tiempo que ha rechazado que la maniatase «por la espalda» con cuerda, sobre la que sí ha reconocido que la llevaba en el maletero del coche, y que le «bajase el pantalón» para consumar el supuesto ataque por el que la fiscal pide 12 años de prisión. «Eso es incierto, yo no la obligué», ha puntualizado.

Ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, el acusado, de 28 años, ha asegurado que sólo mantuvo relaciones sexuales con Gema Cuerda durante «los dos primeros días» de su estancia en el municipio de Palma del Condado en noviembre de 2012, tras haberse conocido por un anuncio en una web debido, según ha remarcado, «al carácter de ella y a que me enteré de que tenía más hijos y de que me había mentido».

El fiscal y la acusación particular le han recordado, no obstante, que, en fase de instrucción, sí afirmó que habían mantenido relaciones entre los días 19 y 21 de diciembre de 2012, en Almería, pero que habían sido «consentidas». En concreto, tal y como ha detallado la representante del Ministerio Público, indicó que, «aunque no le parecía el lugar y el momento, ya que estaban en el coche, todos somos hombres y ella se me echó encima». Ante esto, el acusado ha asegurado que realizó estas manifestaciones «bajo presión».

Por su parte, Gema Cuerda, quien ha declarado en sala sin la protección visual de un biombo, ha relatado que, el día 20, tras pasar una noche durmiendo en el interior del vehículo, deambulando por varias cortijadas, Moya González paró en el pueblo de Alsodux, donde estacionó el coche junto a una cuesta empedrada y le hizo bajar a campo abierto con la excusa de «buscar a un tal Pepe» para pedirle unas llaves de un casa y «diciéndome que me quería enseñar algo que le traía recuerdos».

«Había olivos y otros árboles. Entonces, yo me agaché para colocar a la niña en suelo para que jugara con las flores que le gustaban mucho y fue cuando él me cogió los brazos por detrás, me amarró las manos con la cuerda de tal manera que no me podía soltar, me bajó los pantalones porque como soy delgadita y se me bajan sin desabrochar, me agarró del pelo diciéndome que eso le daba mucho morbo, me apoyó contra una roca y lo hizo», ha relatado la madre de la menor asesinada.


«No quería que a mi hija le pasase nada»

Gema Cuerda, con la voz quebrada, ha asegurado que se negó verbalmente y que intentó quitárselo de «encima» pero que la niña «me estaba mirando». «Tuve miedo, no quería que a ella le pasara nada. Estaba atemorizada, intimidada por si nos hacía más daño. Quería que terminara cuanto antes y nos llevara a la estación», ha detallado para añadir que Moya González llegó a agarrarle «el cuello» y a «apretar con fuerza».

Por último, ha recordado que al finalizar le dijo: «suéltate tú, que puedes soltarte» pero, «al ver que yo no podía, lo hizo él». «Luego me dio un beso en la mejilla, me dijo que nunca me haría daño y, a continuación, me preguntó qué pasaría si me dejase allí tirada, como hizo llevándose a mi hija. Yo no estaba en mi cabeza y ahora estoy bastante mal. Tengo pareja pero no quiero que me toque. Sigo en tratamiento psiquiátrico, con medicación», ha concluido.


Defensa

El abogado de Moya González ha basado su línea de defensa en que la mujer, como ella ha admitido con el matiz de que lo hizo por «deseo» de su madre, vino «voluntariamente» a Almería, «estuvo en todo momento con su teléfono y comunicándose con su familia», y que tuvo «la oportunidad de marcharse y dejar» a Jonathan Moya «tirado».

Ha insistido, asimismo, en el tipo de cuerda que presuntamente usó su cliente para maniatarla. Al respecto, ha puntualizado que tanto el acusado como la víctima han coincidido en que era trenzada, si bien él ha ofrecido más detalles asegurando que era «gorda, de pelillo» y en primer lugar, para atar muebles y luego para atar colchones.


Forenses

En la práctica de la prueba pericial forense, propuesta por la defensa, los funcionarios del Instituto de Medicina Legal (IML), quienes exploraron a Gema Cuerda un día después de que pusiera la denuncia en la Guardia Civil de Gérgal, han manifestado que, desde el punto de vista «médico» y aunque se apreció una «pequeña erosión vaginal, no se puede afirmar que haya habido agresión sexual» ni tampoco que no la hubiese, mediando «si no violencia, sí intimidación». «No podemos afirmar ni en un sentido ni en otro, ya que si la víctima se deja hacer puede no haber ninguna lesión», han señalado.

Con respecto a que fuese o no maniatada, el perito ha trasladado que no encontraron «ningún signo en las muñecas de haber sido maniatada». «Siempre, como mínimo, si no hay erosión, hay un eritema aunque la cuerda tiene que estar apretada y también depende del material», ha concluido.

En el trámite de informes todas las partes han elevado a definitivos sus escritos de acusación y de defensa. De manera que la fiscal, al margen de la pena privativa de libertad que la abogada de Gema Cuerda eleva a 14 años de cárcel, ha pedido que se le imponga la medida de libertad vigilada, una vez cumpla la condena, por un periodo de diez años y que se le prohíba visitar o residir en Palma del Condado, pueblo natal de las víctimas, así como aproximarse o comunicarse con Gema Cuerda o con cualquiera de sus familiares. Mientras que la defensa, por su parte, ha pedido la libre absolución.

Este procedimiento derivó de la causa principal por presuntos delitos de detención ilegal y el asesinato de la bebé, ya que los hechos se produjeron presuntamente antes de que Moya González apartase a la pequeña del lado de su madre.