Liberada una joven obligada a ejercer la prostitución en un bar de Roquetas de Mar

La víctima dejaba a su hija con la explotadora sexual, quien golpeaba a la menor si su madre no conseguía suficiente dinero, llegando a romperle un brazo en una ocasión


Imagen de archivo.

EUROPA PRESS / 19·05·2016

Agentes de la Policía Nacional han liberado a una mujer de origen nigeriano que, tras ser captada en su país de origen, estaba siendo obligada a ejercer la prostitución en diversas localidades españolas. La víctima llegó a España acompañada de su hija, menor de edad, a la que tenía que dejar con su propia explotadora mientras ejercía la prostitución para pagar la deuda contraída por el viaje de ambas.

Según ha informado la policía en un comunicado, en la operación ha sido detenida la mujer que la explotaba sexualmente en un bar que regentaba en Roquetas de Mar, y que llegaba a golpear a la menor si su madre no conseguía suficiente dinero por sus servicios, hasta el punto de que en una ocasión tuvo que ser atendida de lesiones en un centro hospitalario.

La actuación se inició a raíz de que agentes especializados contra la trata de mujeres detectaran, a finales del año pasado, a una mujer ejerciendo la prostitución en las calles de Almería, quien fue identificada como posible víctima de dicho delito. Tras entrevistarse con ella, esta decidió denunciar su situación, lo que permitió poner en marcha una investigación con la que se ha logrado localizar y detener a la explotadora.


Llegada a España en patera a través del Estrecho

Los policías averiguaron que la explotadora contactaba con un hombre en Nigeria cada vez que necesitaba chicas nuevas, quien, previo pago, se encargaba de captarlas y hacerlas llegar a España, trasladándolas por vía terrestre hasta Marruecos. Desde allí, cruzaban el Estrecho de Gibraltar en peligrosas travesías en patera hasta las costas españolas.

Antes de salir de Nigeria, las víctimas eran sometidas a rituales de vudú a modo de pacto, por el que el tratante se comprometía a organizar y financiar el viaje, mientras que ellas debían jurar que no iban a causar problemas ni a recurrir a la Policía y, por supuesto, que iban a pagar su deuda.

La joven liberada fue captada en Nigeria por un hombre que, viendo la situación de necesidad en la que se encontraban tanto ella como su hija, le prometió una vida mejor si venían a España. Tras someterse a los correspondientes rituales y ser trasladada hasta el territorio español, la víctima recibió instrucciones para viajar a Fuenlabrada, donde fue informada de que había contraído una deuda de 30.000 euros que debía saldar ejerciendo la prostitución en la vía pública.

Posteriormente fue obligada a trasladarse hasta Roquetas de Mar, donde la explotadora residía y regentaba un bar en el que la víctima debía continuar ejerciendo la prostitución y que también utilizaría como alojamiento.


La hija llegó a precisar atención hospitalaria

Durante las horas que la joven debía ejercer la prostitución, su hija quedaba al cuidado de la explotadora, circunstancia que esta aprovechaba para coaccionarla, amenazándola con hacer daño a la pequeña si no conseguía ganar dinero suficiente para pagar regularmente la cantidad que tenía estipulada como pago por su deuda.

La víctima relató a la policía que en una ocasión su hija tuvo que ser atendida en un centro hospitalario por las lesiones que le había causado la explotadora, tanto en el rostro como en los brazos, llegando a fracturarle uno de ellos.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la UCRIF de Almería y el grupo Operativo de extranjeros de Fuenlabrada (Madrid), y se ha saldado con la detención de la tratante y la liberación de la víctima.