Nació para ser maestro, estaba orgulloso de serlo y lo ejerció, de una manera o de otra hasta el final de sus días, enalteciendo la profesión
Gabriel Flores, maestro y exalcalde de Mojácar. |
ÁNGEL MEDINA - ROBERTO GARCÍA (LA TABERNA) / 05·04·2016
Cuando alguien muere siempre deja un vacío, un hueco, un agujero irreemplazable en la vida de todos los que le rodean. Gabriel Flores lo dejó y muy grande, en su familia, entre sus amigos y en su pueblo, Mojácar, por el que tanto trabajó.
Dejó también una profunda tristeza entre todos, entre todos los que lo queríamos, los que tuvimos la suerte de tropezar con él en algún momento de su vida y compartir con él su trabajo, sus aficiones, su compañía.
Fue un gran hombre, un gran maestro, un gran político y, sobre todo, un gran amigo.
Para sus alumnos fue un ejemplo en todos los sentidos y cualquiera de ellos que tuvo la suerte de pasar por sus aulas guarda un recuerdo imborrable de sus métodos para contagiar ilusión por el saber. Le gustaba dar clases y provocar el interés sobre cualquier materia.
Nació para ser maestro, estaba orgulloso de serlo y lo ejerció, de una manera o de otra hasta el final de sus días, enalteciendo la profesión. Sus alumnos sentían un gran respeto y cariño por él.
Y tras la obligación, la devoción. La cultura llenaba, después del trabajo, su vida. La cultura y el folklore español: el flamenco, los toros, la poesía, el teatro, el cine. Disfrutaba con todo lo bueno, sabía elegir y compartirlo con su gente. Camarón, Morante, García Lorca…
Nunca fue un fanático de las opciones políticas, ni de los partidos. Entendía esa faceta de la vida como una forma de ayudar a sus vecinos, una manera de aportar su grano de arena al progreso de Mojácar, por la que sentía verdadera pasión; nunca se aprovechó del poder ni lo utilizó en su beneficio.
En el fondo de su corazón era realmente un apasionado de la libertad, de la democracia y un defensor de la voluntad popular.
Derrochaba alegría y simpatía con todo el mundo y en cualquier circunstancia, a pesar de esa timidez que intentaba disimular con su potente timbre de voz y su gallarda presencia.
Los que le conocimos lo tendremos siempre en nuestro recuerdo, considerándole uno de nuestros mejores maestros y un irreemplazable amigo.
¡Gabriel, sigues con nosotros!
Dejó también una profunda tristeza entre todos, entre todos los que lo queríamos, los que tuvimos la suerte de tropezar con él en algún momento de su vida y compartir con él su trabajo, sus aficiones, su compañía.
Fue un gran hombre, un gran maestro, un gran político y, sobre todo, un gran amigo.
Para sus alumnos fue un ejemplo en todos los sentidos y cualquiera de ellos que tuvo la suerte de pasar por sus aulas guarda un recuerdo imborrable de sus métodos para contagiar ilusión por el saber. Le gustaba dar clases y provocar el interés sobre cualquier materia.
Nació para ser maestro, estaba orgulloso de serlo y lo ejerció, de una manera o de otra hasta el final de sus días, enalteciendo la profesión. Sus alumnos sentían un gran respeto y cariño por él.
Y tras la obligación, la devoción. La cultura llenaba, después del trabajo, su vida. La cultura y el folklore español: el flamenco, los toros, la poesía, el teatro, el cine. Disfrutaba con todo lo bueno, sabía elegir y compartirlo con su gente. Camarón, Morante, García Lorca…
Nunca fue un fanático de las opciones políticas, ni de los partidos. Entendía esa faceta de la vida como una forma de ayudar a sus vecinos, una manera de aportar su grano de arena al progreso de Mojácar, por la que sentía verdadera pasión; nunca se aprovechó del poder ni lo utilizó en su beneficio.
En el fondo de su corazón era realmente un apasionado de la libertad, de la democracia y un defensor de la voluntad popular.
Derrochaba alegría y simpatía con todo el mundo y en cualquier circunstancia, a pesar de esa timidez que intentaba disimular con su potente timbre de voz y su gallarda presencia.
Los que le conocimos lo tendremos siempre en nuestro recuerdo, considerándole uno de nuestros mejores maestros y un irreemplazable amigo.
¡Gabriel, sigues con nosotros!