Andrés Góngora, secretario provincial de COAG y responsable nacional de frutas y hortalizas
ALMERÍA HOY / 09·07·2018
Andrés Góngora es la cara visible de la COAG en la provincia de Almería, pero también lo es a nivel nacional, ya que es el responsable del sector de frutas y hortalizas. En esta entrevista hace balance de la última campaña agrícola y advierte, sin pelos en la lengua, los principales retos que tiene por delante el campo almeriense.
¿Cómo valora la campaña de este año?
-A nivel global no podemos decir que haya sido positiva. Sobre todo porque el producto almeriense más importante, que sigue siendo el tomate, ha pasado por situaciones de precios muy bajos en casi toda la campaña. El resto de cultivos también se han visto muy afectados por los precios, con muchos altibajos. Hemos tenido momentos de precios buenos, pero también hundimientos de precios. Lo vemos ahora con la sandía y el melón, que han hecho buena campaña, pero sin embargo al final se han torcido bastante. Lo más preocupante es que el tomate siga sin funcionar a pesar de haber perdido prácticamente un 20% de la superficie en los últimos cinco años. También ha sido un año difícil en cuanto a plagas y condiciones climatológicas muy extremas. Hemos visto de todo; granizo, torbellinos...
¿Qué nota, del 1 al 10, le pondría a la campaña?
-Un aprobado raspado, es una campaña de un cinco.
Comparando con la de 2017, ¿ha sido mejor o peor?
-Mucho peor. En la campaña pasada, prácticamente todos los cultivos funcionaron bastante bien, sobre todo el tomate, que como digo es la referencia. Todos pensábamos que la línea a seguir por el tomate era la de mejorar aún más, pero no ha sido así.
¿A qué se debe que no funcione tomate como era lo esperado?
-No lo sé. Creo que no lo sabe nadie, sinceramente. No hay forma analizar el por qué del funcionamiento del tomate. No ha habido sobreproducción, todo el producto que ha ido al mercado se ha vendido, Marruecos no ha aumentado su contingente este año... Sinceramente, creo que hay por parte de las cadenas de supermercados presión sobre este cultivo. Es un producto que las cadenas promocionan permanentemente, y esas promociones al final recaen sobre las espaldas de los productores. Puede ser uno de los motivos. Salvando las variedades especiales (cherry, raf...) el tomate a granel se está convirtiendo en un producto muy machacado.
¿Algo positivo que resaltar?
-La campaña de melón y sandía ha sido muy buena. El mes de mayo ha sido bueno, han acompañado las temperaturas, se ha hecho un buen trabajo. La campaña de primavera, más o menos, ha funcionado bien. Luego ha habido cultivos, como el pimiento, que está teniendo un comportamiento positivo estos últimos años. De hecho, ya está casi a la par del tomate en cuanto a superficie cultivada en nuestra provincia. Además, el pimiento se ha abierto a una amplia gama de variedades.
Pasan los años, se repiten las crisis y las quejas de los agricultores, pero parece que siguen sin tomarse las medidas adecuadas para evitar esas crisis de precios...
-Hay herramientas de gestión de crisis. El problema está en el sector comercial; mientras que en nuestra provincia el sector no adopte medidas reales para revertir esta situación, poco más podemos hacer los productores. Producimos como nadie, somos los mejores en producción, pero somos los peores en comercialización.
Agua. Hasta hace poco, Junta y Gobierno se culpaban mutuamente de la falta de infraestructuras hídricas en la provincia. ¿Mejoran sus expectativas ahora que el mismo partido gobierna a ambos lados?
-Está por ver qué va a hacer el nuevo Gobierno en materia de agua. Ahora mismo, el sector agrario almeriense necesita agua, pero sobre todo la garantía del recurso. No podemos estar a expensas de si llueve o no llueve. No renunciamos a los trasvases, pero creemos que la desalación, la reutilización, las técnicas de ahorro, son las que se tienen que imponer. El nuevo Gobierno socialista todavía no ha dicho ni media; lo que estamos esperando es que se posicione en cuanto a una ley que se aprobó bajo el gobierno del PP y el PSOE la apoyó estando en la oposición. Esta ley favorecía el uso de agua desalada. Incluso se le ponía un precio máximo para el agricultor de 30 céntimos el metro cúbico desalado. En definitiva, es una ley aprobada por el anterior Gobierno, apoyada por el partido que gobierna ahora, y lo que hace falta es que se posicionen en relación a los recursos hídricos que producen las desaladoras y su precio. Y luego también hay que ordenar el tema de las concesiones de agua; es un tema más de la Consejería de Medio Ambiente, y un reto importante del sector; ordenar legislativamente el uso de los recursos hídricos, porque seguimos teniendo muchas comunidades de regantes sin concesión, o con una precaria. Y eso hay que arreglarlo.
Parece que el plan para recuperar al acuífero del Poniente avanza lento, pero avanza. La intención es reducir 50 Hm3 hasta 2021... ¿Se acudirá al agua desalada en su lugar? ¿Podrán soportar el aumento de costes por el precio de este agua?
-Está claro que va a suponer un aumento de costes, sobre todo si no se toman decisiones, por ejemplo, con la posible bonificación del precio de ese agua. Y en cuanto al uso de energías renovables para la producción de ese agua. El agua desalada no tiene por qué ser más cara si se abarata el precio de la energía para su obtención. Este gobierno sí que planteaba esto cuando estaba en la oposición. Pero también reconocemos que, si un acuífero se declara sobrexplotado, el productor no puede mirar para otro lado. La recuperación del acuífero es algo que hacemos los productores, pero que beneficia al conjunto de la sociedad; por tanto, desde las administraciones tienen que acompañar a los agricultores, y no cargarles sólo a ellos esa recuperación del acuífero.
Explotaciones aseguradas: algunos datos señalan que la mayoría de invernaderos no están asegurados. ¿Esto es así? ¿Qué porcentaje lo está realmente?
-En los casos en los que se asegura el cultivo, estaremos en torno a un 10%; muy poco. Que el agricultor asegure el cultivo, la cosecha, la infraestructura... Asegurarlo todo podemos estar en eso, en un 10 o un 11% aproximadamente. Pero luego, lo que serían seguros privados de estructura, ahí sí llegamos al 40%. Es verdad que hay un problema para asegurar las estructuras más anticuadas. Al final los seguros son compañías privadas que plantean depreciaciones en función de los años que tenga la estructura del invernadero, y cuando supera los 15 años de antigüedad, no lo aseguran, y nosotros tampoco lo aconsejamos, porque la depreciación que se le aplica es muy alta, y casi que no merece la pena. No sé si es tanto un problema de que no hay seguros, o de que nuestras infraestructuras están envejecidas. En Almería hay invernaderos con más de 30 años.
Problema de acumulación de residuos agrícolas, especialmente plásticos. ¿De quién es la culpa y qué se está haciendo, si se está haciendo algo, para revertir la situación?
En el caso de los residuos vegetales, es verdad que el agricultor tiene una buena parte de responsabilidad como productor. Desgraciadamente, las admnistraciones se han quitado de en medio, y la responsabilidad recae en el agricultor. Hay avances, pero siguen faltando platas de tratamiento sobre todo en el Poniente. También es verdad que las técnicas de reincorporación orgánica están aliviando la situación. Luego están el resto de residuos, incluyendo los plásticos. Desde COAG no aceptamos bajo ningún concepto que la responsabilidad sea del agricultor, quien tiene la responsabilidad de gestionar bien ese residuos, peor el que tiene que dar alternativas es el productor, que en este caso es el fabricante del plástico, el que nos lo vende. Es quien debería estar obligado a poner un sistema general de gestión con el que el agricultor, una vez usado, pueda llevarlo y gestionarlo adecuadamente. Luego el agricultor sí debe colaborar en recoger ese plástico, llevarlo a la planta de reciclado y todo eso, pero la responsabilidad, ineludiblemente, pasa por estos fabricantes, que hasta ahora no han hecho nada. Ha habido reuniones en el Ministerio con los fabricantes, y seguimos esperando que sean ellos los que den una solución.
Ayudas a afectados por los tornados del día de reyes. ¿Han cobrado ya todos los agricultores?
-No ha cobrado ninguno. Los expedientes se terminaron hace mes y medio aproximadamente, y hasta ahora no hay resolución de ninguna de estas ayudas. Ni siquiera sabemos si los solicitantes van a ser finalmente beneficiarios. Esperemos que sí.
Dos desaladoras, dos despropósitos; la de Cuevas del Almanzora, destruida desde 2012 porque se la llevó una riada, y la de Rambla Morales, también paralizada desde hace años y con un coste superior a 125 millones de euros.
-Son dos desaladoras paradas, pero dos asuntos diferentes. En el caso de Cuevas, lo que hace falta es que ese gobierno nuevo libere el dinero suficiente como para repararla. Toca repararla y ya está. Pertenece a la Administración, y requiere de la inversión necesaria para su reparación y que no vuelva a inundarse con una avenida de agua. El caso de Rambla Morales es mucho más complejo; fue una iniciativa privada, aunque contó con subvenciones públicas. Es un proyecto de un grupo de agricultores desgraciadamente asesorados e influidos por un grupo de empresarios, sobre todo empresarios inmobiliarios, y que sigue judicializada. Es un proceso muy difícil de resolver. Con la necesidad de agua que tenemos, esa desaladora tenía que ponerse en marcha. Había un préstamo de La Caixa de por medio, y realmente es la entidad financiera la que tiene que tomar una decisión de qué hacer con esa planta desaladora. Mientras tanto, los agricultores afectados siguen en una situación de dificultad y no saben qué va a pasar con su tierra porque ese prestamos está avalado en parte por las tierras de los propios regantes. Esperemos que se resuelva lo mejor posible y que La Caixa comprenda que esa situación no se puede mantener. Y que sobre todo, la Administración colabore con la solución. Creemos que esa desaladora tiene que entrar a formar parte de la red de desaladoras del Estado y liberar de la deuda a los propietarios.
¿Cómo valora la campaña de este año?
-A nivel global no podemos decir que haya sido positiva. Sobre todo porque el producto almeriense más importante, que sigue siendo el tomate, ha pasado por situaciones de precios muy bajos en casi toda la campaña. El resto de cultivos también se han visto muy afectados por los precios, con muchos altibajos. Hemos tenido momentos de precios buenos, pero también hundimientos de precios. Lo vemos ahora con la sandía y el melón, que han hecho buena campaña, pero sin embargo al final se han torcido bastante. Lo más preocupante es que el tomate siga sin funcionar a pesar de haber perdido prácticamente un 20% de la superficie en los últimos cinco años. También ha sido un año difícil en cuanto a plagas y condiciones climatológicas muy extremas. Hemos visto de todo; granizo, torbellinos...
¿Qué nota, del 1 al 10, le pondría a la campaña?
-Un aprobado raspado, es una campaña de un cinco.
Comparando con la de 2017, ¿ha sido mejor o peor?
-Mucho peor. En la campaña pasada, prácticamente todos los cultivos funcionaron bastante bien, sobre todo el tomate, que como digo es la referencia. Todos pensábamos que la línea a seguir por el tomate era la de mejorar aún más, pero no ha sido así.
¿A qué se debe que no funcione tomate como era lo esperado?
-No lo sé. Creo que no lo sabe nadie, sinceramente. No hay forma analizar el por qué del funcionamiento del tomate. No ha habido sobreproducción, todo el producto que ha ido al mercado se ha vendido, Marruecos no ha aumentado su contingente este año... Sinceramente, creo que hay por parte de las cadenas de supermercados presión sobre este cultivo. Es un producto que las cadenas promocionan permanentemente, y esas promociones al final recaen sobre las espaldas de los productores. Puede ser uno de los motivos. Salvando las variedades especiales (cherry, raf...) el tomate a granel se está convirtiendo en un producto muy machacado.
La virosis es un problema con el que los agricultores de Almería nos estamos acostumbrando a convivir
¿Algo positivo que resaltar?
-La campaña de melón y sandía ha sido muy buena. El mes de mayo ha sido bueno, han acompañado las temperaturas, se ha hecho un buen trabajo. La campaña de primavera, más o menos, ha funcionado bien. Luego ha habido cultivos, como el pimiento, que está teniendo un comportamiento positivo estos últimos años. De hecho, ya está casi a la par del tomate en cuanto a superficie cultivada en nuestra provincia. Además, el pimiento se ha abierto a una amplia gama de variedades.
Pasan los años, se repiten las crisis y las quejas de los agricultores, pero parece que siguen sin tomarse las medidas adecuadas para evitar esas crisis de precios...
-Hay herramientas de gestión de crisis. El problema está en el sector comercial; mientras que en nuestra provincia el sector no adopte medidas reales para revertir esta situación, poco más podemos hacer los productores. Producimos como nadie, somos los mejores en producción, pero somos los peores en comercialización.
Este Gobierno todavía no ha dicho ni media sobre el agua
Agua. Hasta hace poco, Junta y Gobierno se culpaban mutuamente de la falta de infraestructuras hídricas en la provincia. ¿Mejoran sus expectativas ahora que el mismo partido gobierna a ambos lados?
-Está por ver qué va a hacer el nuevo Gobierno en materia de agua. Ahora mismo, el sector agrario almeriense necesita agua, pero sobre todo la garantía del recurso. No podemos estar a expensas de si llueve o no llueve. No renunciamos a los trasvases, pero creemos que la desalación, la reutilización, las técnicas de ahorro, son las que se tienen que imponer. El nuevo Gobierno socialista todavía no ha dicho ni media; lo que estamos esperando es que se posicione en cuanto a una ley que se aprobó bajo el gobierno del PP y el PSOE la apoyó estando en la oposición. Esta ley favorecía el uso de agua desalada. Incluso se le ponía un precio máximo para el agricultor de 30 céntimos el metro cúbico desalado. En definitiva, es una ley aprobada por el anterior Gobierno, apoyada por el partido que gobierna ahora, y lo que hace falta es que se posicionen en relación a los recursos hídricos que producen las desaladoras y su precio. Y luego también hay que ordenar el tema de las concesiones de agua; es un tema más de la Consejería de Medio Ambiente, y un reto importante del sector; ordenar legislativamente el uso de los recursos hídricos, porque seguimos teniendo muchas comunidades de regantes sin concesión, o con una precaria. Y eso hay que arreglarlo.
Parece que el plan para recuperar al acuífero del Poniente avanza lento, pero avanza. La intención es reducir 50 Hm3 hasta 2021... ¿Se acudirá al agua desalada en su lugar? ¿Podrán soportar el aumento de costes por el precio de este agua?
-Está claro que va a suponer un aumento de costes, sobre todo si no se toman decisiones, por ejemplo, con la posible bonificación del precio de ese agua. Y en cuanto al uso de energías renovables para la producción de ese agua. El agua desalada no tiene por qué ser más cara si se abarata el precio de la energía para su obtención. Este gobierno sí que planteaba esto cuando estaba en la oposición. Pero también reconocemos que, si un acuífero se declara sobrexplotado, el productor no puede mirar para otro lado. La recuperación del acuífero es algo que hacemos los productores, pero que beneficia al conjunto de la sociedad; por tanto, desde las administraciones tienen que acompañar a los agricultores, y no cargarles sólo a ellos esa recuperación del acuífero.
Explotaciones aseguradas: algunos datos señalan que la mayoría de invernaderos no están asegurados. ¿Esto es así? ¿Qué porcentaje lo está realmente?
-En los casos en los que se asegura el cultivo, estaremos en torno a un 10%; muy poco. Que el agricultor asegure el cultivo, la cosecha, la infraestructura... Asegurarlo todo podemos estar en eso, en un 10 o un 11% aproximadamente. Pero luego, lo que serían seguros privados de estructura, ahí sí llegamos al 40%. Es verdad que hay un problema para asegurar las estructuras más anticuadas. Al final los seguros son compañías privadas que plantean depreciaciones en función de los años que tenga la estructura del invernadero, y cuando supera los 15 años de antigüedad, no lo aseguran, y nosotros tampoco lo aconsejamos, porque la depreciación que se le aplica es muy alta, y casi que no merece la pena. No sé si es tanto un problema de que no hay seguros, o de que nuestras infraestructuras están envejecidas. En Almería hay invernaderos con más de 30 años.
Las administraciones se han quitado de en medio con el problema de los residuos vegetales
Problema de acumulación de residuos agrícolas, especialmente plásticos. ¿De quién es la culpa y qué se está haciendo, si se está haciendo algo, para revertir la situación?
En el caso de los residuos vegetales, es verdad que el agricultor tiene una buena parte de responsabilidad como productor. Desgraciadamente, las admnistraciones se han quitado de en medio, y la responsabilidad recae en el agricultor. Hay avances, pero siguen faltando platas de tratamiento sobre todo en el Poniente. También es verdad que las técnicas de reincorporación orgánica están aliviando la situación. Luego están el resto de residuos, incluyendo los plásticos. Desde COAG no aceptamos bajo ningún concepto que la responsabilidad sea del agricultor, quien tiene la responsabilidad de gestionar bien ese residuos, peor el que tiene que dar alternativas es el productor, que en este caso es el fabricante del plástico, el que nos lo vende. Es quien debería estar obligado a poner un sistema general de gestión con el que el agricultor, una vez usado, pueda llevarlo y gestionarlo adecuadamente. Luego el agricultor sí debe colaborar en recoger ese plástico, llevarlo a la planta de reciclado y todo eso, pero la responsabilidad, ineludiblemente, pasa por estos fabricantes, que hasta ahora no han hecho nada. Ha habido reuniones en el Ministerio con los fabricantes, y seguimos esperando que sean ellos los que den una solución.
Ayudas a afectados por los tornados del día de reyes. ¿Han cobrado ya todos los agricultores?
-No ha cobrado ninguno. Los expedientes se terminaron hace mes y medio aproximadamente, y hasta ahora no hay resolución de ninguna de estas ayudas. Ni siquiera sabemos si los solicitantes van a ser finalmente beneficiarios. Esperemos que sí.
Rambla Morales tiene que entrar a formar parte de la red de desaladoras del Estado
Dos desaladoras, dos despropósitos; la de Cuevas del Almanzora, destruida desde 2012 porque se la llevó una riada, y la de Rambla Morales, también paralizada desde hace años y con un coste superior a 125 millones de euros.
-Son dos desaladoras paradas, pero dos asuntos diferentes. En el caso de Cuevas, lo que hace falta es que ese gobierno nuevo libere el dinero suficiente como para repararla. Toca repararla y ya está. Pertenece a la Administración, y requiere de la inversión necesaria para su reparación y que no vuelva a inundarse con una avenida de agua. El caso de Rambla Morales es mucho más complejo; fue una iniciativa privada, aunque contó con subvenciones públicas. Es un proyecto de un grupo de agricultores desgraciadamente asesorados e influidos por un grupo de empresarios, sobre todo empresarios inmobiliarios, y que sigue judicializada. Es un proceso muy difícil de resolver. Con la necesidad de agua que tenemos, esa desaladora tenía que ponerse en marcha. Había un préstamo de La Caixa de por medio, y realmente es la entidad financiera la que tiene que tomar una decisión de qué hacer con esa planta desaladora. Mientras tanto, los agricultores afectados siguen en una situación de dificultad y no saben qué va a pasar con su tierra porque ese prestamos está avalado en parte por las tierras de los propios regantes. Esperemos que se resuelva lo mejor posible y que La Caixa comprenda que esa situación no se puede mantener. Y que sobre todo, la Administración colabore con la solución. Creemos que esa desaladora tiene que entrar a formar parte de la red de desaladoras del Estado y liberar de la deuda a los propietarios.