Desde el siglo XIX hasta nuestros días, se han 'independizado' una quincena de pueblos almerienses, incluyendo El Ejido, Garrucha o La Mojonera
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| El Ejido era un barrio de Dalías hasta 1981. |
ALMERÍA HOY / 16·11·2017
La provincia de Almería está compuesta por 103 localidades, pero no siempre ha sido así. De hecho, hasta hace sólo dos años, eran 102 los municipios oficiales; eran los tiempos en los que la Entidad Local Autónoma (ELA) de Balanegra dependía administrativamente del Ayuntamiento de Berja.
Entre las razones que los vecinos de Balanegra daban para consumar su independencia, una sonaba con más fuerza que el resto: la distancia que separa ambos núcleos poblacionales (20 kilómetros por carretera). Así, y no sin disgustos entre los virgitanos —incluyendo al alcalde de Berja, que dijo que la segregación estaba hecha «como el culo»—, la histórica localidad, puerta entre el Poniente y La Alpujarra, perdía su salida natural al mar.
Tampoco fueron especialmente amistosas otras separaciones como la de El Ejido —hoy el motor económico de la provincia y el tercer municipio más poblado, con casi 100.000 habitantes—. Sí; el que no hace tanto tiempo se consideraba el pueblo con la renta per cápita más alta de España, no existía como tal hasta 1981, fecha en la que se segregó de Dalías. Y es que de la comarca del Poniente que conocemos hoy a la que existió en el pasado va un tremendo viaje: a las de Balanegra y El Ejido, hay que sumar las segregaciones de Roquetas —que antaño dependía de Enix—, así como las de Vícar y La Mojonera, ambas localidades antiguas pedanías de Felix.
El Bajo Andarax que conocemos actualmente también tiene poco o nada que ver, administrativamente, con la comarca de hoy. Pueblos como Huércal de Almería, Viator o Gádor no existían como tales, y se consideraban barrios de la capital almeriense. En el caso de Gádor, obtuvo su privilegio por cédula real firmada por el mismísimo Carlos IV en el año 1.800, un escrito con la que se creaba la actual Villa de Gádor.
Hacia el Levante también se ha producido cambios significativos. A mediados del siglo XIX, Garrucha, que se disputaban Vera y Mojácar, se constituyó como entidad independiente tras el visto bueno de la reina Isabel II, aunque sin poseer un término municipal propio —de ahí que el actual sea tan reducido—. Un año más tarde, obtenía la independencia de Vera la localidad de Pulpí, que ya lo había intentado con anterioridad, pero los problemas económicos retrasaron su autonomía.
Otros casos de pueblos independientes en Almería que no siempre lo fueron: Carboneras, que se separó de Sorbas a principios del siglo XIX, Turre, que hizo lo propio de Mojácar, Los Gallardos, que hasta 1924 dependía de Bédar. Sin olvidar el caso de Huércal-Overa, que mucho antes (1668) se independizó de Lorca (Murcia).
Entre las razones que los vecinos de Balanegra daban para consumar su independencia, una sonaba con más fuerza que el resto: la distancia que separa ambos núcleos poblacionales (20 kilómetros por carretera). Así, y no sin disgustos entre los virgitanos —incluyendo al alcalde de Berja, que dijo que la segregación estaba hecha «como el culo»—, la histórica localidad, puerta entre el Poniente y La Alpujarra, perdía su salida natural al mar.
Tampoco fueron especialmente amistosas otras separaciones como la de El Ejido —hoy el motor económico de la provincia y el tercer municipio más poblado, con casi 100.000 habitantes—. Sí; el que no hace tanto tiempo se consideraba el pueblo con la renta per cápita más alta de España, no existía como tal hasta 1981, fecha en la que se segregó de Dalías. Y es que de la comarca del Poniente que conocemos hoy a la que existió en el pasado va un tremendo viaje: a las de Balanegra y El Ejido, hay que sumar las segregaciones de Roquetas —que antaño dependía de Enix—, así como las de Vícar y La Mojonera, ambas localidades antiguas pedanías de Felix.
El Bajo Andarax que conocemos actualmente también tiene poco o nada que ver, administrativamente, con la comarca de hoy. Pueblos como Huércal de Almería, Viator o Gádor no existían como tales, y se consideraban barrios de la capital almeriense. En el caso de Gádor, obtuvo su privilegio por cédula real firmada por el mismísimo Carlos IV en el año 1.800, un escrito con la que se creaba la actual Villa de Gádor.
Hacia el Levante también se ha producido cambios significativos. A mediados del siglo XIX, Garrucha, que se disputaban Vera y Mojácar, se constituyó como entidad independiente tras el visto bueno de la reina Isabel II, aunque sin poseer un término municipal propio —de ahí que el actual sea tan reducido—. Un año más tarde, obtenía la independencia de Vera la localidad de Pulpí, que ya lo había intentado con anterioridad, pero los problemas económicos retrasaron su autonomía.
Otros casos de pueblos independientes en Almería que no siempre lo fueron: Carboneras, que se separó de Sorbas a principios del siglo XIX, Turre, que hizo lo propio de Mojácar, Los Gallardos, que hasta 1924 dependía de Bédar. Sin olvidar el caso de Huércal-Overa, que mucho antes (1668) se independizó de Lorca (Murcia).
