Arquitectos y arqueólogos hablan de situación «insostenible» por el «deterioro» del monumento y por unas obras en el Mesón Gitano que les hacen sentirse «horrorizados»
Vista parcial de las manchas de humedad en la muralla de la Alcazaba y parte de la actuación del Mesón Gitano. |
ALMERÍA HOY / 04·12·2015
En el marco de la mesa redonda organizada por 'Amigos de la Alcazaba' en el Círculo Mercantil de Almería, arquitectos, conservadores y arqueólogos han advertido del «abandono» que padece el conjunto monumental de La Alcazaba —competencia de la Junta de Andalucía— así como de las polémicas obras del Mesón Gitano —responsabilidad del Ayuntamiento—, afirmando que hay que «paralizarlas» debido a su «negativo impacto» visual.
Los ponentes en el coloquio han sido María Teresa Pérez —presidente de 'Amigos de la Alcazaba'—, Francisco Javier Hidalgo —decano del Colegio de Arquitectos de Almería—, Pedro Salmerón —doctor arquitecto y conservador de las Catedrales de Granada y Jaén, y redactor del Plan Director de la Alcazaba de Almería—, Antonio Almagro —doctor arquitecto y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando— y Julio Navarro —doctor arqueólogo y científico de la Escuela de Estudios Árabes de Granada del CSIC—.
Más de cien personas, incluidos representantes de las formaciones políticas y de distintas administraciones, así como varias asociaciones ciudadanas, han asistido a la mesa redonda celebrada esta semana, y que ha estado moderada por el periodista Miguel Ángel Blanco.
María Teresa Pérez analizaba la situación del entorno de La Alcazaba, destacando la «ausencia de una visión global del mismo, con numerosos problemas en los barrios que la rodean, deterioro ambiental y planes paralizados, como el del PERI de La Hoya o el Plan Director de la Alcazaba».
Con relación al Mesón Gitano, destacaba los «numerosos problemas y contradicciones que han rodeado a este proyecto desde su inicio, con demandas judiciales y luchas políticas incluidas, clamorosa ausencia de diálogo entre Ayuntamiento y Cultura, absoluta falta de transparencia informativa y grandes trabas a la participación ciudadana».
«Las obras, pese a su coste de siete millones de euros, no tienen a estas alturas una función definida. La realidad es que el edificio y sus accesos rompen la imagen de la Alcazaba con la dureza de su mole de hormigón», ha expresado Pérez.
Francisco Javier Hidalgo, decano del Colegio de Arquitectos de Almería, iniciaba su intervención recordando los antecedentes que han regido el reconocimiento del conjunto Monumental de la Alcazaba, las Murallas de Jayrán y el Cerro de san Cristóbal, y pese a que fueron declaradas Monumento histórico y artístico, «ya en 1931 la realidad de su abandono, que al día de hoy, se percibe con tan sólo dar un paseo por la zona para ver la patente falta de conservación y mantenimiento».
Asimismo, subrayaba la necesidad de que todas las instituciones que concurren «asuman sus responsabilidades sobre el grado de deterioro que sufre el entorno de la Alcazaba y las murallas», y volvió a apostar por la creación de un Patronato al estilo del que gestiona la Alhambra.
Arquitectos «horrorizados»
El arquitecto Antonio Almagro lanzó una varias preguntas: «¿Por qué? ¿La Alcazaba y su entorno realmente necesitaban esa actuación? ¿Merecen esa actuación?», se cuestionaba. Lamentó también que las administraciones «se obsesionen en gastar un dinero que viene de Europa, porque no es un regalo, viene de nuestros impuestos». «El dinero perdido no es el que no se gasta, sino el que se gasta de forma inadecuada y por ello sus efectos son negativos. La prueba es este edificio que no explica por qué se ha hecho ni para qué va a servir. La ladera de la Alcazaba debe ser una zona de protección», sentenciaba.
Por su parte, el arquitecto Pedro Salmerón, autor del Plan Director de la Alcazaba —no puesto en marcha pese a estar elaborado desde 2009—, afirmó haber quedado «horrorizado» con la visita a las obras del Mesón Gitano, y consideró que «habría que paralizarlas de forma inmediata por su negativo impacto». «El entorno debe tener el mismo tratamiento que el monumento», apostillaba.
También manifestaba que, ante los impedimentos para visitar y conocer las obras que se ejecutan, los almerienses deberían exigir al Ayuntamiento unas «jornadas de puertas abiertas», reclamando asimismo «que se cobre por entrar a La Alcazaba para que ese dinero se reinvierta en la conservación de nuestro monumento, ya que la situación actual es insostenible».
El arqueólogo Julio Navarro Palazón destacaba que, cuando visitó los restos arqueológicos andalusíes hace unos meses, le parecieron «de una enorme importancia, pero jamás podía imaginar que al volver a la zona, me encontrara con lo que he visto». «Es inimaginable una actuación así en una zona protegida. Ni siquiera es justificable la obra por el hecho de haberse hallado estos importantes restos arqueológicos».
Los ponentes en el coloquio han sido María Teresa Pérez —presidente de 'Amigos de la Alcazaba'—, Francisco Javier Hidalgo —decano del Colegio de Arquitectos de Almería—, Pedro Salmerón —doctor arquitecto y conservador de las Catedrales de Granada y Jaén, y redactor del Plan Director de la Alcazaba de Almería—, Antonio Almagro —doctor arquitecto y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando— y Julio Navarro —doctor arqueólogo y científico de la Escuela de Estudios Árabes de Granada del CSIC—.
Más de cien personas, incluidos representantes de las formaciones políticas y de distintas administraciones, así como varias asociaciones ciudadanas, han asistido a la mesa redonda celebrada esta semana, y que ha estado moderada por el periodista Miguel Ángel Blanco.
María Teresa Pérez analizaba la situación del entorno de La Alcazaba, destacando la «ausencia de una visión global del mismo, con numerosos problemas en los barrios que la rodean, deterioro ambiental y planes paralizados, como el del PERI de La Hoya o el Plan Director de la Alcazaba».
Con relación al Mesón Gitano, destacaba los «numerosos problemas y contradicciones que han rodeado a este proyecto desde su inicio, con demandas judiciales y luchas políticas incluidas, clamorosa ausencia de diálogo entre Ayuntamiento y Cultura, absoluta falta de transparencia informativa y grandes trabas a la participación ciudadana».
«Las obras, pese a su coste de siete millones de euros, no tienen a estas alturas una función definida. La realidad es que el edificio y sus accesos rompen la imagen de la Alcazaba con la dureza de su mole de hormigón», ha expresado Pérez.
Francisco Javier Hidalgo, decano del Colegio de Arquitectos de Almería, iniciaba su intervención recordando los antecedentes que han regido el reconocimiento del conjunto Monumental de la Alcazaba, las Murallas de Jayrán y el Cerro de san Cristóbal, y pese a que fueron declaradas Monumento histórico y artístico, «ya en 1931 la realidad de su abandono, que al día de hoy, se percibe con tan sólo dar un paseo por la zona para ver la patente falta de conservación y mantenimiento».
Asimismo, subrayaba la necesidad de que todas las instituciones que concurren «asuman sus responsabilidades sobre el grado de deterioro que sufre el entorno de la Alcazaba y las murallas», y volvió a apostar por la creación de un Patronato al estilo del que gestiona la Alhambra.
Arquitectos «horrorizados»
El arquitecto Antonio Almagro lanzó una varias preguntas: «¿Por qué? ¿La Alcazaba y su entorno realmente necesitaban esa actuación? ¿Merecen esa actuación?», se cuestionaba. Lamentó también que las administraciones «se obsesionen en gastar un dinero que viene de Europa, porque no es un regalo, viene de nuestros impuestos». «El dinero perdido no es el que no se gasta, sino el que se gasta de forma inadecuada y por ello sus efectos son negativos. La prueba es este edificio que no explica por qué se ha hecho ni para qué va a servir. La ladera de la Alcazaba debe ser una zona de protección», sentenciaba.
Por su parte, el arquitecto Pedro Salmerón, autor del Plan Director de la Alcazaba —no puesto en marcha pese a estar elaborado desde 2009—, afirmó haber quedado «horrorizado» con la visita a las obras del Mesón Gitano, y consideró que «habría que paralizarlas de forma inmediata por su negativo impacto». «El entorno debe tener el mismo tratamiento que el monumento», apostillaba.
También manifestaba que, ante los impedimentos para visitar y conocer las obras que se ejecutan, los almerienses deberían exigir al Ayuntamiento unas «jornadas de puertas abiertas», reclamando asimismo «que se cobre por entrar a La Alcazaba para que ese dinero se reinvierta en la conservación de nuestro monumento, ya que la situación actual es insostenible».
El arqueólogo Julio Navarro Palazón destacaba que, cuando visitó los restos arqueológicos andalusíes hace unos meses, le parecieron «de una enorme importancia, pero jamás podía imaginar que al volver a la zona, me encontrara con lo que he visto». «Es inimaginable una actuación así en una zona protegida. Ni siquiera es justificable la obra por el hecho de haberse hallado estos importantes restos arqueológicos».